Un golpe al presente y al futuro de los laboristas - Diario Sur - 2011

Utoya es un símbolo para el Partido Laborista noruego. En esta pequeña isla, la formación de izquierdas ha forjado a sus dirigentes del futuro desde hace más de 30 años. El propio primer ministro, Jens Stoltenberg, recordaba ayer que se desplaza hasta allí cada verano desde 1979. Este fin de semana estaba previsto que acudiera de nuevo para reunirse con el medio millar de jóvenes asistentes al campamento. «Un paraíso juvenil se ha convertido en el infierno», lamentó antes de encontrarse con supervivientes y familiares de las víctimas en un hotel cercano al escenario de la tragedia.
Stoltenberg sufrió el viernes un durísimo golpe tanto a nivel institucional como personal. El autor del doble ataque, Anders Behring Breivik, le puso a él mismo en el punto de mira con el coche bomba de Oslo antes de diezmar al futuro de su partido. Ayer, se supo que el despiadado tirador formó parte de las juventudes del Partido del Progreso, el principal rival de los laboristas y acusado en varias ocasiones de alimentar la islamofobia. Stoltenberg logró en 2009 su reelección con una apretada victoria frente a la coalición de derechas.
«Noruega es un país donde los políticos tienen una relación cercana con la gente, donde los jóvenes pueden militar en un partido sin tener miedo. Voy a hacer todo lo que pueda para que esto siga siendo así», prometió el jefe de Gobierno tras acudir a consolar a los familiares de las víctimas. Stoltenberg tuvo que tirar de entereza porque se le veía profundamente afectado. «Conozco a muchos de estos jóvenes y a sus padres», aseguró. Tras escuchar a varios supervivientes, anunció que no renunciarían al espíritu de Utoya. «Recuperaremos este lugar como nuestra isla», agregó.
Aunque la Policía todavía no ha aclarado el móvil del doble ataque, el trasfondo político parece más que evidente. El primer ministro, en cualquier caso, rechazó un auge de la ultraderecha en Noruega. «Comparado con otros países, no diría que tenemos un problema con el extremismo. Hemos tenido algunos grupos, pero estaban controlados», subrayó.