La muerte de Kennedy deja sin guía a la izquierda de EE.UU
Actualizado 26-08-2009 20:44 CET
Washington.- La izquierda de EE.UU. se ha quedado sin una voz fundamental en el seno del Partido Demócrata y en la política nacional con la desaparición de Edward Kennedy, que murió cuando su sueño de un seguro de salud para todos está más cerca que nunca.
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(EFE)
La bandera estadounidense se iza a media asta en el capitolio con motivo de la muerte del senador de Massachusetts Edward Kennedy en Washington.
Desde que abandonara sus ambiciones presidenciales en los 80, Kennedy, de 77 años, se convirtió en un hombre de izquierda sin miedo de serlo, que usaba la etiqueta de "liberal" sin vergüenza, pese a que los republicanos han transformado ese epíteto en casi un insulto.
El senador de Massachusetts, agraciado con uno de los apellidos más exclusivos de Estados Unidos y una infancia de lujo, fue defensor de los pobres, los inmigrantes y de una educación de calidad para todos, desde la convicción de que el Estado no es el problema, como dijo Ronald Reagan, sino la solución.
"Su muerte es un desastre para el ala progresista del Partido Demócrata y para la esperanza de que el presidente (Barack) Obama se incline hacia la izquierda", dijo a Efe Benjamin Barber, un ex asesor de Bill Clinton y de otros demócratas de peso que se auto-incluye en el movimiento progresista del que habla.
Pese a que el Partido Demócrata tiene la mayoría en el Congreso y posee la Casa Blanca, su banda izquierda está muy debilitada, según Barber, y dominan los políticos de centro.
Kennedy, que dio un respaldo crucial a Obama durante su campaña electoral, gozaba de un acceso privilegiado a la oreja del mandatario y su ausencia dejará sin adalid a los que quieren un giro a la izquierda en el Despacho Oval.
Su gradual evanescencia del Senado durante los largos meses de enfermedad ya se ha dejado sentir en las negociaciones sobre la reforma del sistema de salud, la cual pretende cubrir a los casi 50 millones de estadounidenses sin seguro.
"El hecho de que haya estado muy enfermo ha tenido un impacto muy serio", dijo Steven Greene, profesor de ciencias políticas de la Universidad Estatal de Carolina del Norte.
"El proyecto de ley habría avanzado más si él hubiera podido jugar un papel importante", explicó.
Lo reconoció hace unos días su colega republicano John McCain, quien confesó que "si estuviera aquí Ted Kennedy, todo sería más sencillo".
Su partida deja a los demócratas sin la "súper-mayoría" de 60 de los 100 escaños del Senado que impedía a los republicanos adoptar tácticas dilatorias para bloquear proyectos legislativos.
Su sustituto saldrá de una elección especial a ser celebrada en Massachusetts en unos cinco meses, en la que probablemente ganará un demócrata, dado el cariz del electorado del estado.
Hasta entonces, el partido estará debilitado en el Senado, a menos que la legislatura estatal atienda a la petición que el propio Kennedy realizó el 2 de julio en su última carta pública y dé al gobernador, Deval Patrick, que es demócrata, el poder de designar a un reemplazo temporal.
Aparte del escaño número 60, los demócratas han perdido a un hombre con una capacidad inigualable para mover los hilos para que los proyectos de ley salieran adelante.
Kennedy defendía en público unos ideales que repelen a buena parte de los conservadores del país, pero al mismo tiempo tendió la mano a sus colegas republicanos para impulsar iniciativas en la que había intereses comunes, desde inmigración hasta salud.
"Muchos republicanos le tenían cariño. Sus declaraciones de condolencia de hoy son sinceras y no forzadas", comentó Larry Sabato, profesor de política de la Universidad de Virginia.
El senador Orrin Hatch, por ejemplo, le calificó como "un amigo preciado", y McCain señaló que Kennedy es "irreemplazable en la institución que amaba (el Senado) y en el afecto de sus miembros".
Con su muerte, el Partido Demócrata y Obama han perdido a un hombre querido incluso por sus contrincantes, en un momento en que necesitan todos los apoyos posibles para una reforma del sistema de salud que aspira a ser histórica.
La izquierda del país, en particular, se ha quedado huérfana y sentirá la ausencia de la voz cavernosa de Kennedy en muchos más debates que en el de salud.
Washington.- La izquierda de EE.UU. se ha quedado sin una voz fundamental en el seno del Partido Demócrata y en la política nacional con la desaparición de Edward Kennedy, que murió cuando su sueño de un seguro de salud para todos está más cerca que nunca.
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(EFE)
La bandera estadounidense se iza a media asta en el capitolio con motivo de la muerte del senador de Massachusetts Edward Kennedy en Washington.
Desde que abandonara sus ambiciones presidenciales en los 80, Kennedy, de 77 años, se convirtió en un hombre de izquierda sin miedo de serlo, que usaba la etiqueta de "liberal" sin vergüenza, pese a que los republicanos han transformado ese epíteto en casi un insulto.
El senador de Massachusetts, agraciado con uno de los apellidos más exclusivos de Estados Unidos y una infancia de lujo, fue defensor de los pobres, los inmigrantes y de una educación de calidad para todos, desde la convicción de que el Estado no es el problema, como dijo Ronald Reagan, sino la solución.
"Su muerte es un desastre para el ala progresista del Partido Demócrata y para la esperanza de que el presidente (Barack) Obama se incline hacia la izquierda", dijo a Efe Benjamin Barber, un ex asesor de Bill Clinton y de otros demócratas de peso que se auto-incluye en el movimiento progresista del que habla.
Pese a que el Partido Demócrata tiene la mayoría en el Congreso y posee la Casa Blanca, su banda izquierda está muy debilitada, según Barber, y dominan los políticos de centro.
Kennedy, que dio un respaldo crucial a Obama durante su campaña electoral, gozaba de un acceso privilegiado a la oreja del mandatario y su ausencia dejará sin adalid a los que quieren un giro a la izquierda en el Despacho Oval.
Su gradual evanescencia del Senado durante los largos meses de enfermedad ya se ha dejado sentir en las negociaciones sobre la reforma del sistema de salud, la cual pretende cubrir a los casi 50 millones de estadounidenses sin seguro.
"El hecho de que haya estado muy enfermo ha tenido un impacto muy serio", dijo Steven Greene, profesor de ciencias políticas de la Universidad Estatal de Carolina del Norte.
"El proyecto de ley habría avanzado más si él hubiera podido jugar un papel importante", explicó.
Lo reconoció hace unos días su colega republicano John McCain, quien confesó que "si estuviera aquí Ted Kennedy, todo sería más sencillo".
Su partida deja a los demócratas sin la "súper-mayoría" de 60 de los 100 escaños del Senado que impedía a los republicanos adoptar tácticas dilatorias para bloquear proyectos legislativos.
Su sustituto saldrá de una elección especial a ser celebrada en Massachusetts en unos cinco meses, en la que probablemente ganará un demócrata, dado el cariz del electorado del estado.
Hasta entonces, el partido estará debilitado en el Senado, a menos que la legislatura estatal atienda a la petición que el propio Kennedy realizó el 2 de julio en su última carta pública y dé al gobernador, Deval Patrick, que es demócrata, el poder de designar a un reemplazo temporal.
Aparte del escaño número 60, los demócratas han perdido a un hombre con una capacidad inigualable para mover los hilos para que los proyectos de ley salieran adelante.
Kennedy defendía en público unos ideales que repelen a buena parte de los conservadores del país, pero al mismo tiempo tendió la mano a sus colegas republicanos para impulsar iniciativas en la que había intereses comunes, desde inmigración hasta salud.
"Muchos republicanos le tenían cariño. Sus declaraciones de condolencia de hoy son sinceras y no forzadas", comentó Larry Sabato, profesor de política de la Universidad de Virginia.
El senador Orrin Hatch, por ejemplo, le calificó como "un amigo preciado", y McCain señaló que Kennedy es "irreemplazable en la institución que amaba (el Senado) y en el afecto de sus miembros".
Con su muerte, el Partido Demócrata y Obama han perdido a un hombre querido incluso por sus contrincantes, en un momento en que necesitan todos los apoyos posibles para una reforma del sistema de salud que aspira a ser histórica.
La izquierda del país, en particular, se ha quedado huérfana y sentirá la ausencia de la voz cavernosa de Kennedy en muchos más debates que en el de salud.
CENTER FOR AMERICAN PROGRESS
Declaración Sobre el Fallecimiento del Senador Ted Kennedy
Los Progresistas Pierden a un Héroe y un Amigo
Los Progresistas Pierden a un Héroe y un Amigo
El movimiento progresista perdió un héroe el día de hoy, y el Center for American Progress perdió un amigo entrañable. El Senador Ted Kennedy sirvió sin tregua en el Senado para el estado de Massachusetts y la nación por más de cuatro décadas, poniendo todos sus esfuerzos en temas decisivos progresistas como la educación, la reforma inmigratoria, la lucha contra la pobreza, la expansión de los derechos civiles, y la labor de garantizar el cuidado de la salud para cada estadounidense. Cuando se trataba de extender su mano a través de partidos, crear compromisos y actuar en algo, el Senador Kennedy no tenía comparación.
Este gran hombre creó un puente entre el idealismo y la determinación de pasadas generaciones y ayudó a revivirla hoy por hoy. Su recuerdo vivirá en la generación de progresistas que él ha inspirado a través de los cambios que aportó en los Estados Unidos. Mantendremos a su familia en nuestros pensamientos y oraciones. Extrañaremos al Senador, de igual manera que lo hará nuestra nación.
Este gran hombre creó un puente entre el idealismo y la determinación de pasadas generaciones y ayudó a revivirla hoy por hoy. Su recuerdo vivirá en la generación de progresistas que él ha inspirado a través de los cambios que aportó en los Estados Unidos. Mantendremos a su familia en nuestros pensamientos y oraciones. Extrañaremos al Senador, de igual manera que lo hará nuestra nación.
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