jueves, 26 de noviembre de 2009

Zapatero se encomienda a Obama - 2009

EL SIGLO
El Gobierno confía en la complicidad con Washington para relanzar la imagen del presidente
ZAPATERO SE ENCOMIENDA A OBAMA
A partir de enero las cosas cambiarán. Este es el pensamiento general en el Gobierno y en el PSOE, donde tienen muchas esperanzas puestas en que la presidencia de turno de la Unión Europea, que será asumida por España durante el próximo semestre, dé un vuelco a la imagen pública del presidente del Gobierno, en un momento en que la crisis le está castigando en las encuestas. Para que esta estrategia funcione, los socialistas confían en potenciar la alianza estratégica de Zapatero con Barack Obama, con el objetivo de desarrollar la agenda progresista que ambos comparten. El primer capítulo del 'idilio' tiene lugar esta misma semana con la visita del presidente del Gobierno a Washington. Su continuación será a finales de mayo, cuanto está previsto que el mandatario estadounidense visite España en el marco de la cumbre entre EE UU y la Unión Europea que tendrá lugar en Madrid.
Por Manuel Capilla
La secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, ya lo dijo antes del verano, la coincidencia "de los dos líderes progresistas" a ambos lados del Atlántico será un "acontecimiento histórico" para "el planeta" y supondrá "una esperanza para muchos seres humanos". Y quizá sin expresarla con estas palabras, esta idea es generalizada entre las filas socialistas. La buena relación del presidente estadounidense con Zapatero será clave para potenciar las políticas progresistas del Gobierno, en un momento en que la izquierda en general y la socialdemocracia en particular están en retroceso en toda Europa.
La portavoz de Asuntos Exteriores en el Congreso, Elena Valenciano, expresó este pensamiento hace apenas diez días durante la presentación del encuentro organizado en Madrid por la Fundación Ideas y el Center for American Progress, el think tank vinculado al Partido Demócrata dirigido por John Podesta, antiguo jefe de Gabinete de Bill Clinton y el responsable del equipo nombrado por Obama para coordinar la transición con la Administración Bush. Valenciano se preocupó de dejar claro que la presidencia europea va a tener un cariz marcadamente progresista, afirmando que "vamos a poner de manifiesto la hegemonía progresista en Europa con la complicidad de Estados Unidos" y reconociendo que "nuestra presidencia arropada por Obama nos va a dar un poder que no tendríamos en caso contrario".
Durante el encuentro, titulado 'Hacia un nuevo pacto global', el vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento, José Blanco, se encargó de trazar los paralelismos entre Obama y Zapatero. Presentado en el acto como director de las dos campañas electorales del presidente del gobierno, Blanco subrayó que ambos eran "candidatos jóvenes con promesas de cambio" que iban "más allá de las propuestas" y que "proponían un cambio en la forma de hacer política". Por ello, se ganaron el apoyo de sectores "desencantados" como los jóvenes. Uno de los principales colaboradores de Podes-ta en el Center for American Progress, Matt Browne, señalaba públicamente que "Obama no tiene muchos socios progresistas europeos" y que José Luis Rodríguez Zapatero "es el socio más fuerte en este ámbito".
Por todas estas razones, Zapatero espera potenciar la buena sintonía que ya ha existido con Obama en sus anteriores encuentros en foros internacionales durante su visita a Washington. El objetivo sería labrar una relación parecido a la que se estableció entre Bill Clinton y Felipe González, que condujo a la firma en Sevilla de la Nueva Agenda Transatlántica, que establecía un nuevo marco de relaciones entre EEUU y la UE.
Por supuesto, las vías para resolver la crisis económica será uno de los temas importantes a tratar en la reunión de Washington, aunque las cuestiones medioambientales y el papel que va a asumir España en la agenda internacional, especialmente en Afganistán y en Oriente Próximo, serán primordiales. Con respecto a la 'agenda verde', España goza de una posición de privilegio gra-
cias a su liderazgo mundial en energías renovables y la Administración Obama está muy interesada en seguir el ejemplo del Gobierno español y potenciar las inversiones que las empresas españolas ya están realizando en EEUU. De hecho, los contactos entre el secretario de Energía, Steven Chu, y el ministro de Industria, Miguel Sebastián, comenzaron hace meses. Además, será importante elaborar una posición común de cara a la cumbre que se celebrará en diciembre en Copenhague con el propósito de renovar el Protocolo de Kioto.
En relación a los conflictos en Afganistán y en Oriente Próximo, la implicación de España en ambos va a ser creciente en los próximos meses. Zapatero comenzará una gira por la región tras finalizar su visita a Estados Unidos, con el objetivo de, según informó el propio Zapatero durante la reciente reunión de la Asamblea General de la ONU, reforzar desde Europa las acciones impulsadas por Obama en favor de la paz en la región. El viaje comenzará en Siria y tendrá parada en Israel y los Territorios Ocupados. Con respecto a Afganistán, España ya ha comprometido el envío de otros 220 soldados a los efectivos que ya operan en el país, aunque el presidente del Gobierno ha asegurado que durante la reunión con Obama defenderá la necesidad de crear una "gran alianza" que incluya a los países islamistas moderados y que lleve al aislamiento de los radicales violentos. En una entrevista concedida a CNN, Zapatero explicó que "incidirá más en la parte política" de la estrategia que se debe seguir en Afganistán y en el conflicto de Oriento Próximo. "Lo importante es que a la seguridad", en referencia a Afganistán, "le acompañe la política y la cooperación". "Si avanzamos en el proceso de Oriente Próximo estaremos acortando el tiempo de ver un Afganistán seguro y democrático", subrayó el presidente.
Para engrasar la proyección exterior del Gobierno, Zapatero cuenta con su 'brigada internacional' (ver EL SIGLO n° 808 'La brigada internacional de ZP') en la que Bernardino León, secretario general de Presidencia, se destaca como uno de los actores principales junto al ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, el cabeza de lista del PSOE en las elecciones europeas, Juan Fernando López Aguilar, la secretaria socialista de Política Internacional, Elena Valenciano y, desde la Fundación Ideas, su presidente, Jesús Caldera, y su director, Carlos Mulas-Granados.
En el seno de los socialistas nadie oculta la importancia de Bernardino León en esta estrategia, un diplomático de 44 años que durante la primera legislatura de Zapatero fue el número dos de Moratinos. El anuncio de la retirada de las tropas españolas en Kosovo por parte de la ministra de Defensa, Carme Chacón, coincidió con su presencia en la capital estadounidense a causa de un viaje previsto de antemano. Esta casualidad provocó que fuese León quien se reuniera con el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, el general James Jones, tras la "sorpresa y decepción" que el anuncio de Chacón provocó en el gabiente de Obama, con el objetivo de calmar los ánimos.
Si Bernardino León es quien se ocupa de encabezar la ofensiva de acercamiento a Obama desde Moncloa, en Ferraz es Elena Valenciano quien ha asumido este papel, como portavoz también de Asuntos Exteriores en el Congreso. Valenciano se ha apoyado para su tarea en Juan Moscoso, otro de los jóvenes diputados incluidos en el relevo generacional ejecutado por Zapatero. El hijo de Javier Moscoso, ministro de Justicia con Felipe González, atesora una importante experiencia internacional tras trabajar como consultor en la Comisión Europea y la Organización Internacional del Trabajo y como colaborador de la Fundación GermanMarshall en Estados Unidos, y se ha convertido en el compañero de algunos de los viajes que Elena Valenciano realizó a Estados Unidos ya incluso durante las elecciones primarias del Partido Demócrata. A estas tareas se incorporó más tarde Juan Fernando López Aguilar, quien acudió en representación del PSOE a la Convención Demócrata en la que se nombró a Obama candidato a la presidencia.
La Fundación Ideas, por su parte, constituye otra pieza fundamental de contacto con el Partido Demócrata y con sus think tanks afines como el Center for American Progress. Nada más ser encargado de poner en marcha la fundación, Jesús Caldera fichó a Carlos Mulas-Granados, antiguo número dos de Miguel Sebastián en la Oficina Económica de Moncloa. Caldera y Mulas han sido los responsables del contacto con personajes relevantes del entorno del Partido Demócrata como el propio John Podesta.
Todo este grupo de personas ha sido el encargado de allanar el camino para la creación de unas relaciones fluidas entre el gobierno español y el estadounidense. Unas relaciones que a partir de ahora van a empezar a tener una relevancia mediática importante y que, sin duda, contribuirán de forma importante a reflotar la imagen de un Zapatero abrumado por la crisis. •
LA CANTERA 'NEOPROG'
El encuentro organizado en Madrid hace diez días por la Fundación Ideas en colaboración con el Center for American Pro-gress reunió a algunos de los principales jóvenes valores del progresismo internacional. Con edades entre los 35 y los 45 años, todos comparten el desafío de repensar la socialdemocracia, en un momento difícil para ella, pero no desde una perspectiva ideológica, ya que, como explica a EL SIGLO Matt Browne, uno de uno de los principales colaboradores de John Podesta en el Center for American Progress, "normalmente supone una adherencia dogmática hacia ciertos puntos de vista". Algo en lo que coincide el alemán Sebastian Graefe, director de Programas de Política Extranjera, Seguridad y Asuntos Transatlánticos de la Fundación Heinrich Boll, subrayando que "a la juventud actual no le gustan las ideologías, quiere tener soluciones".
El 'anfitrión' de todos ellos fue el número dos de Jesús Caldera en la Fundación Ideas, Carlos Mulas, quien señala que "la conclusión más importante de las jornadas es que la globalización del pensamiento progresista es cada vez más una realidad", un hecho al que los think tanks progresistas están contribuyendo de forma fundamental, "ya que pueden abstraerse de las agendas nacionales, de la política del día a día a la que están sujetos los partidos".
En opinión de Matt Browne, "este encuentro ha sido el comienzo de una conversación que ayudará a engendrar una nueva generación de líderes. Hemos profundizado en nuestra comprensión de cómo podemos responder mejor al cambio climático, además de cómo no perder de vista el desafío de perseguir políticas sociales progresistas y relanzar el crecimiento económico en un periodo de estancamiento".
Algunas respuestas a estos desafíos vendrían de la colaboración de todas las fuerzas de izquierda, como apunta Sebastian Graefe. En su opinión, "la socialdemocracia tiene que darse cuenta de que hay otras fuerzas a la izquierda que pueden considerarse a sí mismas como progresistas, y que todos tenemos que ayudarnos unos a otros y encontrar nuestros puntos comunes".
Para Giovanna Melandri, diputada por el Partido Demócrata italiano desde 1994, y actual secretaria de Cultura de esta formación, la palabra clave es "modernización" por parte de los partidos y los líderes progresistas, quienes tienen la responsabilidad de defender el Estado del bienestar y, sobre todo, de "afrontar los miedos de la gente". Una cuestión en la que "los partidos conservadores echan más leña al fuego". En opinión de Melandri, uno de los grandes desafíos de las fuerzas progresistas es encontrar el "lenguaje adecuado" para dirigirse a los más jóvenes. ¿Y cuáles son los ingredientes de este lenguaje?, se pregunta Ana Birchall, miembro del Partido Socialdemócrata de Rumanía, explicando que consistirían en una mezcla de "empatía, valores y políticas, teniendo la valentía de hablar de los valores en los que se cree y llevándolos a cabo". Un asunto en el que coincide Matt Browne, ya que, en su opinión, "la política progresista no trata sólo sobre las mejores políticas concretas, sino también sobre desarrollar una política que ilusione a las personas, un discurso que haga a la gente creer que a través de la acción colectiva podemos crear oportunidades, justicia y crear una prosperidad compartida".
Y aunque en general rechacen el termino ideología, todos comparten una serie de valores que conforman algo bastante parecido a una ideología. Matt Browne explica que "los valores que dirigen mi pensamiento político son justicia, igualdad, sostenibilidad, responsabilidad e igualdad de oportunidades. Estos están presentes en gran variedad de textos, desde el pensamiento liberal de Locke, Rousseau, Keynes o Beveridge, hasta el de los pensadores reformistas socialdemócratas como Bernstein o Giddens. Todos, en mi opinión, comparten valores similares, pero exponen una aproximación a las políticas progresistas que hace hincapié en que las políticas mediante las cuales se busca promover estos valores deben ser continuamente adaptadas a las condiciones modernas".
Por su parte, Carlos Mulas confiesa que "como otros de mi generación, mis principales referentes son los planteamientos socialdemócratas clásicos desarrollados en España por los Gobiernos de Felipe González. Por otro lado, mi formación anglosajona y como economista me ha acercado a los planteamientos de la tercera vía de Bill Clinton y Tony Blair. Además, también hay otra vertiente que me ha influido mucho, la del llamado socialismo de los ciudadanos, el republicanismo cívico de Philip Pettit. Junto a Pettit, otros de mis autores de referencia son Notermans, Bobbio Giddens y Lakoff".
Giovanna Melandri, que comenzó su activismo en los grupos medioambientales, añade un matiz, subrayando que, aunque viene de "la izquierda" y cree "en la igualdad, en la justicia y en la libertad" también apuesta decididamente por "la eficiencia y la promoción del talento". En un sentido parecido se expresa Ana Birchall, afirmando que siempre ha sido "una socialdemócrata muy progresista", lo cual no excluye su defensa de la conjunción entre políticas sociales y crecimiento económico. En su opinión, "tiene que existir un equilibrio entre la ideología, las políticas por las que abogas, y la atención hacía las políticas económicas que propones. En otras palabras, no podemos mejorar si las políticas socialdemócratas impiden el crecimiento económico".
Por otro lado, tanto Carlos Mulas como Matt Browne coinciden en señalar que la confluencia de agendas entre Zapatero y Obama es una gran oportunidad para hacer avanzar estas políticas bajo la presidencia española de la UE. Gracias al liderazgo que ejercerá Zapatero en Europa, "habrá una plataforma para desarrollar estas agendas a nivel transatlántico. Hay una confluencia de intereses y de calendarios que, desde mi punto de vista, hacen al presidente del Gobierno un socio ideal del presidente Obama", como explica Browne. Carlos Mulas subraya que "Obama podría apoyarse en otros países centrales europeos, como son Francia o Alemania, pero tendría problemas para aplicar su agenda aproximándose a gobiernos que no comparten sus puntos de vista en materias relativas a la economía verde, la paz preventiva, la ayuda al desarrollo o el papel relevante de los organismos internacionales". •
Alice Germond, secretaria del Comité Nacional del Partido Demócrata
"¿El secreto de Mama?Inteligencia, elocuencia y carisma"
-¿Zapatero es el mejor aliado para Obama en Europa? —Obama tiene muchos aliados en todo el mundo, pero ciertamente es importante. El presidente Obama ha afirmado muchas veces que trabajamos de forma conjunta con nuestros aliados en Europa. Uno de los mayores éxitos de la Administración Obama y, por supuesto, de la secretaria de Estado, la señora Clinton, ha sido restaurar algunas de las alianzas que se habían perdido durante la última Administración. Así que, sí, Zapatero es importante como otros líderes mundiales.
—¿Es posible que los partidos progresistas desarrollen su agenda con el auge de los partidos conservadores en Europa?—Considero que tenemos que aprender a trabajar juntos, respetar las diferencias y construir coaliciones. Adoptar las mejores ideas, independientemente de donde vengan. Está claro que no será fácil resolver asuntos como la crisis económica, el calentamiento global o el terrorismo, que no sólo precisa de soluciones militares, sino que también tienen que ver con asuntos como la pobreza y con Ilevar esperanza a lugares donde no la hay, con personas que tienen puntos de vista diferentes a los tuyos, pero la esperanza está en co menzar el diálogo. En ser respetuoso y tener una mentalidad abierta.
—¿Cree que el Partido Republicano está teniendo una mentalidad abierta con respecto a la reforma sanitaria que planea Obama?—Espero que sí. Creo que el pueblo estadounidense está demandando una reforma del sistema sanitario de forma desesperada. Estados Unidos está en el puesto número 37 del mundo de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. Si pierdes tu trabajo en Estados Unidos te quedas sin cobertura sanitaria, si tu condición económica es modesta puedes no ser capaz de tener acceso a atención médica, por lo que creo que la gente está demandando esta reforma. Mantengo la esperanza de que algunos republicanos voten a favor de ella.
—¿Cuál es el secreto de Obama para haber captado el voto joven?—Es una muy buena pregunta. Esa combinación maravillosa de inteligencia, elocuencia y carisma. Su habilidad para discutir temas en una manera en que los nuevos votantes no habían escuchado nunca y para despertar la esperanza en lugar de la aprehensión o el enfado. Consiguió hacer creer a los americanos, que estaban desesperados por un cambio.

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