Los socialdemócratas alemanes obtuvieron ayer una holgada mayoría en la ciudad-Estado de Hamburgo, donde según los sondeos podrán gobernar en solitario. El triunfo del candidato Olaf Scholz, que obtuvo el 48,9% de los votos, se llevó por delante a la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Angela Merkel. El jefe del Gobierno saliente, Christoph Ahlhaus (CDU), solo arañó un raquítico 21,5% de los sufragios, 21 puntos menos que en 2008. El SPD reconquista así su tradicional bastión hamburgués tras 10 años de gobiernos democristianos presididos por Ole von Beust, cuya novedosa coalición con Los Verdes fracasó en verano tras sólo dos años. La izquierda recobra su feudo tras 10 años de gobiernos democristianos Las elecciones de ayer abrieron paso a un maratoniano año electoral que coincide con el ecuador de la segunda legislatura de Merkel. Además de Hamburgo, otros seis de los 16 Estados federados de Alemania elegirán en 2011 sus respectivos parlamentos. Este llamado "superaño electoral" comienza de la peor manera posible para los democristianos, pero no para sus socios en el Gobierno de centro-derecha. El liberal FDP atravesó en 2010 un calvario demoscópico que no contó ayer en Hamburgo, donde el 6,5% de los votos les permitió regresar al Parlamento. Tanto Los Verdes como el partido La Izquierda (Die Linke) superaron también el umbral del 5% exigido para entrar en la Asamblea de Hamburgo y sumaron apoyos respecto a 2008. En previsión de su éxito, el SPD de Hamburgo había alquilado un centro de cultura municipal en el corazón del popular barrio de Altona. Cuando llegó Scholz, hacia las seis y media de la tarde, los más de mil simpatizantes reunidos en la Fabrik explotaron de júbilo. Durante la retransmisión en directo de los primeros sondeos a pie de urna, media hora antes, los socialdemócratas habían celebrado la victoria coreando el nombre del futuro jefe del Gobierno y "¡cincuenta, cincuenta!", en referencia a la mayoría absoluta. Llevaban veinte años sin un éxito semejante. No obstante, Scholz convirtió su primer discurso el enésimo alarde de contención nórdica. El que fuera ministro federal de Trabajo llevó en Hamburgo una campaña muy centrada en asuntos locales. Desde la berlinesa Willy-Brandt-Haus, sede federal del SPD, llegaban ayer felicitaciones y deseos de que la victoria preludie la recuperación socialdemócrata. En 2009, el SPD sufrió una debacle del 23% en las generales. La jornada de ayer fue gélida en la ciudad hanseática. El sol no alcanzó a derretir la nieve congelada de las jardineras cercanas al hotel de cinco estrellas donde la CDU se lamía las heridas. En Berlín se afanaban en minimizar el alcance del "duro golpe" recibido. Según el secretario general Hermann Gröhe, "Hamburgo nunca fue un lecho de rosas" para los democristianos. Olvidaba la mayoría absoluta que Beust obtuvo hace siete años. Los de ayer fueron unos comicios marcadamente locales. Pero si señalaran el punto de inflexión que tanto anhela el SPD, 2011 podría ser un año fatal para Merkel, aún tocada por el annus horribilis que fue 2010 para su Gobierno.
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