jueves, 3 de diciembre de 2009

El gobierno de Daniel Ortega según Ludolfo Paramio - 2009

EL NUEVO DIARIO
“No es ejemplo a seguir”, expresa académico español
Lo de Ortega es “izquierda autoritaria”
Ludolfo Paramio Rodrigo es periodista, sociólogo y político español, analiza y critica los sistemas de gobiernos que se autodenominan de izquierda. Conoce el origen y evolución de los sistemas de izquierda socialista, las define como socialdemocracias. Considera que es la única y mejor propuesta para gobernar un país.Manifiesta que el gobierno de Nicaragua está haciendo algo que ningún país debería hacer: “su corte autoritario, imprudente, que no respeta a la ciudadanía”. Distingue así, que el gobierno de Ortega no es de izquierda radical, sino de una izquierda autoritaria
¿Qué le sugiere una izquierda alternativa adaptada al mundo actual, con sus recurrentes crisis económicas y controversias políticas?La izquierda en Europa se tuvo que adaptar durante el siglo conservador, para hacer políticas sociales y mantener una sociedad cohesionada, también una economía competitiva en los mercados globalizados. Entonces, esto ha supuesto un cambio respecto a lo que sucedió en la posguerra, cuando era mucho más fácil para un gobierno nacional gestionar la economía sin tener que considerar la dimensión competitiva del mercado. En estos 30 años, la Unión Europea se ha tratado de adaptar a la globalización, manejar la economía y buscar la cohesión social en un contexto de la economía liberalizada.
¿Cómo se explica este concepto?El mayor cambio que ha habido en estos años, en la experiencia española, es no tanto la forma de manejar la economía, sino el cambio de la concepción de lo que se ofrece a la sociedad, que en los años sesenta tenía más que ver con la idea de integrar a los trabajadores y garantizarles derechos como trabajadores de diferentes sectores: públicos, de las empresas privadas, industriales, etcétera. Lo que ha cambiado más es la necesidad de hacer una oferta, pero para las personas individuales, un socialismo de los ciudadanos, en vez de decir: los trabajadores tendrán derecho a tal o cuál cosa; (es mejor) decir: todos los ciudadanos tienen tales derechos sociales, civiles, políticos, etcétera, y tales responsabilidades. Dejar de tomar como referencia grupos sociales de una clase social y empezar a tomar como referencias individuos, ciudadanos con sus propios derechos y con sus propias libertades. Tenemos un cambio en el enfoque filosófico: ¿a quién nos dirigimos? ¿a grandes grupos sociales o a todo el mundo como ciudadanos con sus propios derechos y responsabilidades?¿Dista mucho este planteamiento europeo del socialismo de los gobiernos de Latinoamérica?En dos sentidos: uno, es que las realidades sociales de cada país influyen mucho. Nos es lo mismo un proyecto en un país europeo más o menos igualitario en términos sociales que donde hay desigualdades; luego, hay otro aspecto que tiene que ver con la concepción; yo creo que los gobiernos de Chile, Uruguay y Brasil, aunque sean muy diferentes de los europeos, han planteado un proyecto socialdemócrata parecido a la socialdemocracia europea. Han intentado crear una sociedad más cohesionada, pero sin poner en peligro el crecimiento económico y han intentado garantizar ese crecimiento a medio y largo plazo, para estar en condiciones de financiar los servicios públicos con la cohesión social. Eso en el aspecto económico, por ejemplo, la utilización del Fondo de Estabilización del Cobre en Chile, su existencia y su utilización, ahora en momentos de crisis, contrasta con el tipo de manejo que de los ingresos de los hidrocarburos ha hecho el gobierno venezolano. El primero maneja más una visión a largo plazo, más responsable en ese sentido, mientras que el gobierno venezolano ha hecho una utilización muy mediata y voluntarista de esos recursos.
¿Y en términos políticos?Hay una diferencia fundamental, la política. Los gobiernos que a mí me parecen socialdemócratas son los que reconocen la legitimidad de la oposición, que no intentan coaccionar a los ciudadanos para alejarlos de la oposición, que no intentan alterar o manipular las instituciones democráticas para eludir el control por parte de los ciudadanos sobre el ejecutivo.¿La socialdemocracia se aleja de la izquierda o es otro tipo de izquierda adecuada a estos tiempos?Mi opinión es que nunca ha existido más izquierda que la socialdemocracia, porque los partidos comunistas en su optimismo real a lo que llamaban, utilizando el chiste de la época, es que “lo que tenía de socialista no era real, y lo que tenía de real no era socialista”, quiere decir que no han derivado nunca hacia un modelo de izquierda de sociedad. Creo que el único proyecto político que ha creado sociedades más cohesionadas, más prósperas y democráticas ha sido el socialdemócrata.¿Por qué defiende el socialismo como sistema de gobierno? Yo invertiría la pregunta. No se me ocurre ninguna razón para no defenderlo. Defender el principio de que las personas deben ser libres también, no sólo libres frente a la posición política, sino libres frente a los grandes intereses económicos, y que deben tener capacidad para elegir sus vidas e igualdad de oportunidades para alcanzar sus metas. Son cosas evidentes en sí mismas. El problema es cómo se hace eso, ahí yo entiendo que puede haber diferencias. Es clarísimo que los mercados sin regulación ni controles no proporcionan ni libertad ni prosperidad, es necesaria una acción pública, un gobierno democrático sobre la sociedad y la economía. Lo importante es evitar que los mercados se coman a los hombres. Es importante regular, poner límites o asegurar que el funcionamiento de los mercados beneficie realmente a las personas y no al revés.¿Cómo clasificaría a las llamadas izquierdas de Cuba, Chile, Brasil, Ecuador, Basil, Bolivia, Nicaragua?De una forma muy esquemática: socialdemocracia y populismo. Los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Ecuador, por su forma de plantear la política y manejar las instituciones, encajan en lo que se ha llamado populismo.¿Alguna cumple con su propuesta de una izquierda alternativa?Sí, claro. Los gobiernos de Chile, Uruguay y Brasil, aunque con las diferencias lógicas, el contexto social, son gobiernos socialdemócratas, encajan en la misma idea de la socialdemocracia. Creo que los gobiernos que estoy etiquetando como populistas, ponen en peligro la democracia y las libertades, me parece que no encajan en esa idea de la socialdemocracia.¿El gobierno del presidente Daniel Ortega se caracteriza por una izquierda más radical, dónde lo ubicaría?Yo diría, primero, que no es una izquierda más radical, sino más autoritaria; que el manejo que está haciendo de la economía es imprudente, arbitrario y discrecional, y que no es en absoluto un modelo para ningún país, y que, además, en la medida en que depende demasiado de recursos externos, de financiación de otros gobiernos no es un buen modelo a imitar.Pero Daniel Ortega habla de una segunda etapa de la revolución…Auque sea frustrante para quienes sintieron demasiada identificación con la revolución de hace 30 años, yo tengo la impresión de que el actual gobierno de Ortega encaja en lo que podemos llamar populismo, y la forma en que está manejando la economía no es buena; pero, sobre todo, creo que la política basada en la confrontación y en la coacción sobre la oposición me parece muy negativa.¿Cómo explicaría usted que un gobierno llamado de izquierda utilice y se apropie de símbolos religiosos? ¿Se sale de los esquemas de la izquierda o es parte de una estrategia?El gobierno está siguiendo una estrategia que seguramente si la vieran en mi propio país la llamaría oportunismo, pero no me parece que sea lo más grave. Lo más grave es el intento de impedir que esa relación con la Iglesia pueda ser criticada, porque se deslegitima a cualquier voz crítica e intenta evitar que los aspectos negativos de ese acuerdo sean puestos de relieve. Si nos referimos a terrenos más concretos, yo no creo que se pueda defender que una mujer no pueda interrumpir su embarazo en las primeras semanas de éste, y mucho menos si ese embarazo pone en peligro su vida, o si el no nacido puede tener graves problemas de salud. Me parece que la suspensión del aborto terapéutico es algo completamente incomprensible en un país civilizado.Con el desencanto por la política, los debates de izquierda y derecha, ¿qué futuro cree que tiene el socialismo? Mi impresión es que en el nuevo siglo, después de la crisis económica del sistema financiero, mi idea es que la socialdemocracia va a fomentar credibilidad y va a estar más que nunca en la actualidad. Pero se da la paradoja de que el símbolo de la socialdemocracia es el presidente (Barack) Obama en Estados Unidos, no precisamente un país europeo. Las políticas que está proponiendo significan un acercamiento del modelo americano al socialdemócrata. Creo que vamos asistir a una época en la que Obama va a intentar resolver los problemas sociales de desigualdad e intentar crear una sociedad moderna, cohesionada en Estados Unidos.¿Qué futuro le ve, entonces, a la izquierda en América Latina?Yo creo que los tres ejemplos que mencionaba: Chile, Uruguay y Brasil tienen mucho peso y son simbólicamente importantes, y, sobre todo, Brasil, por su punto de referencia económico, social, demográfico e histórico, va a aparecer como punto de referencia. Las políticas del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula (da Silva) serán un modelo para muchos de los políticos de la región.

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