PÚBLICO
ENTREVISTA A JEFFREY SACHS
Jeffrey Sachs: "España no tiene margen contra la crisis, pero la UE sí"
Controvertido e influyente, este conocido profesor de Columbia explica su visión, relativamente optimista, de la crisi económica y financiera
ENTREVISTA A JEFFREY SACHS
Jeffrey Sachs: "España no tiene margen contra la crisis, pero la UE sí"
Controvertido e influyente, este conocido profesor de Columbia explica su visión, relativamente optimista, de la crisi económica y financiera
FERNANDO SAIZ - MADRID - 28/01/2009 08:00
Jeffrey Sachs (Detroit, 1954) está cansado, pero apenas lo demuestra. Como asesor de la Fundación Ideas, del PSOE, ha viajado a Madrid para presentar sus últimas propuestas contra la pobreza. Sachs, profesor de la Universidad de Columbia y uno de los economistas más conocidos del mundo, no se alinea con ninguna escuela de pensamiento. "La economía es encontrar soluciones prácticas a los problemas", dice. Cuando se le menciona la influencia que tiene su trabajo en el presidente Zapatero, devuelve los piropos: "Soy un fan de él porque es una de las voces progresistas más importantes del mundo". Sachs tiene muy claro cuándo y por qué cambió su trayectoria profesional. "El 10 de julio de 1995 aterricé en Bolivia sabiéndolo todo, porque yo era todo un profesor de Harvard, y me di cuenta de que no sabía nada de los problemas reales.".
¿Cómo se define políticamente?
En el espectro político de Estados Unidos, soy demócrata, me considero un firme defensor de las ideas del nuevo presidente, Barack Obama, y por supuesto detesto a la Administración Bush. En términos europeos, yo diría que soy de orientación socialdemócrata y admiro la política de los países escandinavos.
Pero la izquierda, o algunos partidos de izquierda, critican sus trabajos
"El plan fiscal de Obama está bien, pero no debe bajar los impuestos"
Me critican porque no comprenden los problemas reales ni las soluciones prácticas que hay que aplicar para resolverlos. Cuando en los años noventa hi-ce propuestas monetarias para acabar con la hiperinflación en Bolivia, la izquierda puso objeciones, sin darse cuenta de que eran básicas para resolver el problema. Otro ejemplo es Polonia. Cuando recomendé liberalizar la economía, me tacharon de neoliberal, pero era la única solución porque el punto de partida era una economía de Estado. También me pasa al revés. Cuando propuse el perdón de la deuda externa, la derecha me acusó de herético.
En el seminario sobre crisis alimentaria le abuchearon los que creen que sus ideas para luchar contra el hambre en África es la misma receta fracasada de siempre.
Esas críticas vienen de la gente que no conoce la situación real de África. Yo lo que propongo es crear un mecanismo financiero muy práctico, muy específico, para luchar contra el hambre, que consiste en conseguir dinero para entregar semillas y abonos a los pequeños agricultores, por valor de 100 dólares por hogar, para aumentar sus cosechas. Eso tan simple, que requiere no más de 10.000 millones de dólares, puede cambiar la situación de un año para otro, como ha quedado demostrado en ensayos en países como Malawi. ¿Por qué no intentarlo si ya se ha demostrado que funciona?
Usted suele ser optimista ante los problemas del mundo, pero ¿se puede ser optimista ante la crisis económica de hoy en día?
¡Por supuesto que sí! Desde luego, espero que la crisis acabe en algún momento. Pero está claro que asistimos a la crisis más severa en medio siglo. Esto es así porque el origen es EEUU, que cometió muchos errores y ha propagado la crisis al resto del mundo. Pero en algún momento de 2010 ó 2011 llegará la recuperación. Eso sucederá cuando los consumidores estadounidenses empiecen a gastar otra vez. Mientras tanto, los gobiernos deben utilizar el gasto público como colchón para evitar males mayores.
¿Las medidas tomadas son suficientes?
Tras el colapso inmobiliario, la recesión era imposible de parar, sobre todo en los países, como EEUU y España, donde más ha afectado la caída del precio de la vivienda. Por tanto se trata de moderar la crisis, no de pararla, y de acelerar en lo posible la recuperación. En ese sentido, se han tomado medidas acertadas y otras que han sido un desastre, como permitir la bancarrota de Lehman Brothers. El plan de estímulo fiscal que prepara Obama es adecuado para la situación. Pero no debería bajar los impuestos, porque eso pondría en riesgo las finanzas públicas durante muchos años.
"El BCE tiene que dar más liquidez y Alemania debe gastar más"
¿Cuál es su análisis sobre la situación en España, después de los pésimos datos sobre el empleo?
No hay una solución fácil para la economía española. La burbuja inmobiliaria fue muy grande y su colapso tiene consecuencias muy serias. Además, España no tiene política monetaria propia. Y como la economía española es muy abierta, tampoco la política presupuestaria es muy eficiente en estos momentos, porque el gasto público se filtra hacia el extranjero y, si se hacen rebajas fiscales, el beneficio también se puede trasladar fuera a través de importaciones, además del coste para el déficit público.
¿España tiene entonces las manos atadas?
Tiene poco margen de maniobra interno. Pero sí tiene margen para actuar en Europa, ante el Banco Central Europeo y ante la Comisión Europea. Porque el BCE debería ser más proactivo para suministrar liquidez y las economías europeas deberían incrementar más su gasto público. En particular, Alemania, que es un país con finanzas públicas saneadas, debe hacer más inversiones para tirar de la economía europea.
Jeffrey Sachs (Detroit, 1954) está cansado, pero apenas lo demuestra. Como asesor de la Fundación Ideas, del PSOE, ha viajado a Madrid para presentar sus últimas propuestas contra la pobreza. Sachs, profesor de la Universidad de Columbia y uno de los economistas más conocidos del mundo, no se alinea con ninguna escuela de pensamiento. "La economía es encontrar soluciones prácticas a los problemas", dice. Cuando se le menciona la influencia que tiene su trabajo en el presidente Zapatero, devuelve los piropos: "Soy un fan de él porque es una de las voces progresistas más importantes del mundo". Sachs tiene muy claro cuándo y por qué cambió su trayectoria profesional. "El 10 de julio de 1995 aterricé en Bolivia sabiéndolo todo, porque yo era todo un profesor de Harvard, y me di cuenta de que no sabía nada de los problemas reales.".
¿Cómo se define políticamente?
En el espectro político de Estados Unidos, soy demócrata, me considero un firme defensor de las ideas del nuevo presidente, Barack Obama, y por supuesto detesto a la Administración Bush. En términos europeos, yo diría que soy de orientación socialdemócrata y admiro la política de los países escandinavos.
Pero la izquierda, o algunos partidos de izquierda, critican sus trabajos
"El plan fiscal de Obama está bien, pero no debe bajar los impuestos"
Me critican porque no comprenden los problemas reales ni las soluciones prácticas que hay que aplicar para resolverlos. Cuando en los años noventa hi-ce propuestas monetarias para acabar con la hiperinflación en Bolivia, la izquierda puso objeciones, sin darse cuenta de que eran básicas para resolver el problema. Otro ejemplo es Polonia. Cuando recomendé liberalizar la economía, me tacharon de neoliberal, pero era la única solución porque el punto de partida era una economía de Estado. También me pasa al revés. Cuando propuse el perdón de la deuda externa, la derecha me acusó de herético.
En el seminario sobre crisis alimentaria le abuchearon los que creen que sus ideas para luchar contra el hambre en África es la misma receta fracasada de siempre.
Esas críticas vienen de la gente que no conoce la situación real de África. Yo lo que propongo es crear un mecanismo financiero muy práctico, muy específico, para luchar contra el hambre, que consiste en conseguir dinero para entregar semillas y abonos a los pequeños agricultores, por valor de 100 dólares por hogar, para aumentar sus cosechas. Eso tan simple, que requiere no más de 10.000 millones de dólares, puede cambiar la situación de un año para otro, como ha quedado demostrado en ensayos en países como Malawi. ¿Por qué no intentarlo si ya se ha demostrado que funciona?
Usted suele ser optimista ante los problemas del mundo, pero ¿se puede ser optimista ante la crisis económica de hoy en día?
¡Por supuesto que sí! Desde luego, espero que la crisis acabe en algún momento. Pero está claro que asistimos a la crisis más severa en medio siglo. Esto es así porque el origen es EEUU, que cometió muchos errores y ha propagado la crisis al resto del mundo. Pero en algún momento de 2010 ó 2011 llegará la recuperación. Eso sucederá cuando los consumidores estadounidenses empiecen a gastar otra vez. Mientras tanto, los gobiernos deben utilizar el gasto público como colchón para evitar males mayores.
¿Las medidas tomadas son suficientes?
Tras el colapso inmobiliario, la recesión era imposible de parar, sobre todo en los países, como EEUU y España, donde más ha afectado la caída del precio de la vivienda. Por tanto se trata de moderar la crisis, no de pararla, y de acelerar en lo posible la recuperación. En ese sentido, se han tomado medidas acertadas y otras que han sido un desastre, como permitir la bancarrota de Lehman Brothers. El plan de estímulo fiscal que prepara Obama es adecuado para la situación. Pero no debería bajar los impuestos, porque eso pondría en riesgo las finanzas públicas durante muchos años.
"El BCE tiene que dar más liquidez y Alemania debe gastar más"
¿Cuál es su análisis sobre la situación en España, después de los pésimos datos sobre el empleo?
No hay una solución fácil para la economía española. La burbuja inmobiliaria fue muy grande y su colapso tiene consecuencias muy serias. Además, España no tiene política monetaria propia. Y como la economía española es muy abierta, tampoco la política presupuestaria es muy eficiente en estos momentos, porque el gasto público se filtra hacia el extranjero y, si se hacen rebajas fiscales, el beneficio también se puede trasladar fuera a través de importaciones, además del coste para el déficit público.
¿España tiene entonces las manos atadas?
Tiene poco margen de maniobra interno. Pero sí tiene margen para actuar en Europa, ante el Banco Central Europeo y ante la Comisión Europea. Porque el BCE debería ser más proactivo para suministrar liquidez y las economías europeas deberían incrementar más su gasto público. En particular, Alemania, que es un país con finanzas públicas saneadas, debe hacer más inversiones para tirar de la economía europea.
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