Un histórico de la socialdemocracia obsesionado por la paz
VIVIANNE SCHNITZER - Viena - 30/07/1990
Bruno Kreisky, líder de la socialdemocracia europea y ex canciller de Austria, falleció ayer a las seis de la mañana en el hospital "Lainz, de Viena, víctima de un fallo cardiaco y de un deterioro progresivo de otros órganos vitales, según informa el parte médico. Kreisky tenía 79 años y había ingresado en el centro asistencial el 17 de este mes para someterse a un chequeo médico por deficiencias en el sistema circulatorio.
A pesar de los problemas de salud de los últimos años, producidos por un trasplante de riñón y una afección ocular aguda, Kreisky siguió con la misma lucidez de su juventud haciendo brillantes y polémicas improvisaciones, lo que le otorgó el apodo de canciller de los periodistas. Ha sido el funcionario gubernamental con más años de servicio, 26, y después de dimitir como primer ministro en 1983 tras 13 años consecutivos en el cargo, se transformó en la voz de la conciencia de la república alpina. Sus enemigos políticos que le llamaban el rey Sol porque nadie era capaz de competir con él.El más destacado enemigo del desaparecido internacionalista fue el cazador de nazis Simonl Wiesenthal, que criticó a Kreisky por tener en su Gabinete a ministros del Partido Liberal Austriaco que habían sido miembros de las SS.,
En sus años de jubilación presenció cómo se desvanecía su propia herencia en el Partido Socialdemócrata (SPO),que se iba desmoronando. El ex canciller militó en él 55 años, y, antes de morir abandonó su cargo de presidente honorario al ver que los llamados hijos de Kreisky renunciaban a sus cargos por estar involucrados en escándalos de corrupción. Kreisky sobre pasó las fronteras de Austria con su cargo en la vicepresidencia de la Internacional Socialista y su estrecha amistad y cooperación con Willy Brandt y Olof Palme. Su obsesión fue la política para lograr una paz en Oriente Próximo, lo que le ocasionó numerosas críticas. Fue uno de los primeros líderes occidentales en recibir oficialmente al líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, en 1970. Luego recibió al líder libio, Muammar el Gaddafi.
Cuando aún pocos Gobiernos de la comunidad internacional se atrevían a criticar a Israel, Kreisky, que además era judío, defendió en todos los foros internacionales los derechos de los palestinos.
De tendencias neokeinesianas, siempre afirmó que prefería el déficit presupuestario al paro: "Mil millones de deuda me quitan menos el sueño que cientos de miles de parados".
A pesar de los problemas de salud de los últimos años, producidos por un trasplante de riñón y una afección ocular aguda, Kreisky siguió con la misma lucidez de su juventud haciendo brillantes y polémicas improvisaciones, lo que le otorgó el apodo de canciller de los periodistas. Ha sido el funcionario gubernamental con más años de servicio, 26, y después de dimitir como primer ministro en 1983 tras 13 años consecutivos en el cargo, se transformó en la voz de la conciencia de la república alpina. Sus enemigos políticos que le llamaban el rey Sol porque nadie era capaz de competir con él.El más destacado enemigo del desaparecido internacionalista fue el cazador de nazis Simonl Wiesenthal, que criticó a Kreisky por tener en su Gabinete a ministros del Partido Liberal Austriaco que habían sido miembros de las SS.,
En sus años de jubilación presenció cómo se desvanecía su propia herencia en el Partido Socialdemócrata (SPO),que se iba desmoronando. El ex canciller militó en él 55 años, y, antes de morir abandonó su cargo de presidente honorario al ver que los llamados hijos de Kreisky renunciaban a sus cargos por estar involucrados en escándalos de corrupción. Kreisky sobre pasó las fronteras de Austria con su cargo en la vicepresidencia de la Internacional Socialista y su estrecha amistad y cooperación con Willy Brandt y Olof Palme. Su obsesión fue la política para lograr una paz en Oriente Próximo, lo que le ocasionó numerosas críticas. Fue uno de los primeros líderes occidentales en recibir oficialmente al líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, en 1970. Luego recibió al líder libio, Muammar el Gaddafi.
Cuando aún pocos Gobiernos de la comunidad internacional se atrevían a criticar a Israel, Kreisky, que además era judío, defendió en todos los foros internacionales los derechos de los palestinos.
De tendencias neokeinesianas, siempre afirmó que prefería el déficit presupuestario al paro: "Mil millones de deuda me quitan menos el sueño que cientos de miles de parados".
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