domingo, 19 de abril de 2009

Europa: la tercera vía, de Tony Blair y Gerhard Schroeder

Europa: La tercera vía.
III. Un nuevo plan de trabajo para la izquierda
Europa se enfrenta a la tarea de estar a la altura del reto de la economía global y de mantener, al mismo tiempo, la cohesión social ante la incertidumbre real que perciben los ciudadanos. La disminución del paro y la extensión de las oportunidades laborales son la mejor garantía para una sociedad cohesionada.
Las dos pasadas décadas del "laissez-faire" neoliberal han terminado. Pero en su lugar no debe surgir un renacimiento de las políticas de la década de 1970, que se basaban en el déficit público y en un intervencionismo estatal muy pesado. Tal aproximación a los problemas sería un error en la actualidad.
Nuestras economías nacionales y las relaciones económicas internacionales han sufrido profundos cambios. Las nuevas condiciones y realidades exigen una reevaluación de las viejas ideas y el desarrollo de nuevos conceptos.
El desempleo en Europa es demasiado alto, y una gran proporción es estructural. Para enfrentarnos a este reto, los socialdemócratas europeos deben formular y desarrollar juntos un nuevo plan de trabajo para la izquierda.Tenemos intención de modernizar el sistema de salud, no de desmantelarlo: queremos embarcarnos en nuevas formas de expresar la solidaridad y la responsabilidad hacia los otros sin basar la motivación de la actividad económica en el puro interés personal.
Los elementos ms importantes de dicha aproximación son los siguientes:
Un mercado robusto y competitivo
La competitividad de productos en el mercado y el mercado abierto son esenciales para estimular la productividad y el crecimiento. Por esa razón, un marco que permita que el mercado funcione adecuadamente es esencial para el éxito económico, y supone una condición previa para lograr políticas de empleo con más éxito.
-La UE debe seguir actuando como una fuerza decidida a liberarizar el comercio mundial.
-La UE debe afianzar los éxitos del mercado para fortalecer un marco económico que permita el aumento de la productividad.

Una política de impuestos para promover el crecimiento sostenible
Los socialdemócratas se identificaban en el pasado con los impuestos altos, especialmente en el mundo de los negocios. Los modernos socialdemócratas reconocen que en las circunstancias correctas, la reforma impositiva y las bajadas de impuestos pueden desempeñar un papel crucial para conseguir nuestros amplios objetivos sociales.
Por ejemplo, reducir los impuestos a las grandes empresas aumenta la rentabilidad y fortalece los incentivos para invertir. Las inversiones más altas expanden la actividad económica e incrementan el potencial productivo. Ayuda a crear un práctico círculo de crecimiento que incremente los recursos disponibles para el gasto público en propósitos sociales.
-Hay que simplificar los impuestos a las empresas y reducir los impuestos a las grandes empresas, tal y como ya ha hecho el "Nuevo Laborismo" en GB, y como piensa hacer el gobierno federal en Alemania.
-Para asegurar los salarios y desarrollar la equidad del sistema impositivo, habría que aliviar los impuestos que sufren las familias trabajadoras y los trabajadores, tal y como se ha comenzado a hacer en Alemania (mediante la Ley de Alivio de Impuestos), y en Gran Bretaña, con la introducción de índices impositivos más bajos y con el sistema de crédito impositivo para las familias de trabajadores.
-Se debe incrementar la voluntad y la capacidad de las empresas (especialmente de las pequeñas y medianas empresas) para invertir, tal y como pretende el gobierno socialdemócrata alemán a través de la reforma de los impuestos sobre los negocios, y como muestra la reforma de los beneficios del capital y de los impuestos a empresarios en Gran Bretaña, llevaba a cabo por el Nuevo Laborismo.
-Por encima de todo, hay que reducir los impuestos al trabajo duro y a las empresas. Hay que equilibrar la tabla impositiva; por ejemplo, hacia medios "malos". Alemania, GB, y otros países europeos gobernados por socialdemócratas liderarán ese camino.
-A nivel comunitario, hay que combinar la política impositiva con la acción para combatir la competencia deleal y luchar contra la evasión de impuestos. Esto requiere una cooperación mejorada, no la uniformidad. No apoyaremos medidas destinadas a incrementar los impuestos y a poner en peligro la competitividad y los puestos de trabajo en la Unión Europea.
La demanda y las políticas laborales van juntas. No son alternativas.
En el pasado, los socialdemócratas dieron con frecuencia la impresión de que una gestión acertada de la demanda sería capaz, por sí misma, de alcanzar los objetivos de crecimiento y de alto desempleo. Los socialdemócratas modernos asumen que las políticas laborales desempeñan un papel muy importante y complementario.
En el mundo actual, muchas decisiones políticas tienen impacto sobre las condiciones de la demanda y de las políticas laborales.
-Aplicar el bienestar a los programas laborales incrementa los ingresos de los que se encuentran previamente sin trabajo y mejora, así mismo, el suministro de fuerza de trabajo del que disponen los empresarios.
-Las políticas económicas modernas pretenden incrementar los ingresos después de impuestos de los trabajadores, y al mismo tiempo reducir los costes laborales a los empresarios. La reducción de los costes laborales no salariales a través de la reforma de los sistemas de seguridad social, un sistema impositivo más amistoso con el empleo y una estructura contributiva que mire hacia el futuro, son de particular importancia.
La pretensión de la política socialdemócrata es superar la aparente contradicción entre demanda y políticas laborales a favor de una combinación más fructífera de la flexibilidad microeconómica y de la estabilidad macroeconómica.
Las economías deben ser flexibles para conseguir niveles más altos de crecimiento y más trabajos en el mundo actual: los mercados flexibles son un principio de la moderna socialdemocracia.
La política macroeconómica aún tiene un propósito: asentar las condiciones para un crecimiento estable y evitar los vaivenes. Pero los socialdemócratas deben reconocer que tener éxito en términos macroeconómicos no es suficiente para estimular el crecimiento y conseguir más puestos de trabajo. Los cambios en las tasas de interés o la política impositiva no conseguirán incrementar las inversiones y el empleo a no ser que la economía sea lo suficientemente flexible como para responder. Para que la economía europea sea más dinámica, necesitamos que sea más flexible.
-Las empresas deben tener capacidad de maniobra para aprovechar las ventajas de las condiciones económicas mejoradas y las nuevas oportunidades: las normas y regulaciones no deben obstaculizarlas.
-Tanto el producto como el capital y los mercados laborales deben ser flexibles: no debemos combinar rigidez en un aspecto del sistema económico con apertura y dinamismo en el resto.
La adaptabilidad y la flexibilidad se encuentran en el superior incremento de la economía basada en el servicio y en los conocimientos del futuro
Nuestras economías se encuentran en transición: desde la producción industrial a la economía del futuro, basada en el servicio y en los conocimientos. Los socialdemócratas deben valorar la oportunidad de este radical cambio económico. Ofrece a Europa la oportunidad de alcanzar a los Estados Unidos. Ofrece a millones de nuestros ciudadanos la oportunidad de encontrar nuevos trabajos, de adquirir nuevas habilidades, de hacer nuevas carreras, de establecer y expandir nuevos negocios; en suma, de incrementar sus esperanzas de un futuro mejor.
Pero los socialdemócratas deben reconocer que los requisitos básicos para alcanzar el éxito económico han cambiado. Los servicios no se pueden mantener en almacén: los clientes los utilizan cuando y como los necesitan, y en horas muy distintas del día, fuera de lo que la gente entiende como horario laboral normal. El rápido avance de la era de la información, y especialmente el enorme potencial del comercio electrónico, promete un cambio radical en nuestras formas de comprar, en nuestras formas de aprender, en la forma en que nos comunicamos y en la forma en que nos relajamos. Una regulación excesiva y rígida pone en peligro nuestro éxito en la economía del futuro, basada en el servicio y en los conocimientos. Impediríamos el potencial de innovación para generar nuevo crecimiento y más trabajos. Necesitamos ser más flexibles, no menos.
Un gobierno activo, con un rol de nuevo tipo, tiene un papel clave en el desarrollo económico
Los socialdemócratas modernos no son neoliberales. Los mercados flexibles se deben combinar con un rol de nuevo tipo para un estado activo. La prioridad más importante debe ser la inversión en capital social y humano.
Si queremos conseguir y mantener altos niveles de empleo, los empresarios tendrán que reaccionar a las crecientes demandas. Nuestras economías sufren de una considerable discrepancia entre el número de puestos de trabajo que se ofrecen (por ejemplo, en el campo de la información y de la tecnología de la comunicación) y el número de candidatos convenientemente cualificados.
Eso significa que la educación no debe restringir las oportunidades a una sola vía: la formación, un acceso a la educación y una utilización de por vida de sus oportunidades representan la mayor seguridad disponible en el mundo moderno. Adems, los gobiernos tienen la responsabilidad de crear un marco que permita que los individuos mejoren sus cualificaciones y alcancen todo su potencial. Esto debe ser una prioridad socialdemócrata.
-Hay que aumentar el nivel medio de todos los niveles de escolarización y para todas las capacidades de los alumnos. Debemos enfrontarnos al problema del analfabetismo, o de lo contrario condenaremos a los individuos a vidas con salarios bajos, inseguridad y desempleo.
-Queremos que todos los jóvenes tengan la oportunidad de acceder al mundo del trabajo mediante un entrenamiento vocacional cualificado. Junto con los empresarios, los sindicatos y otros agentes sociales, debemos asegurar una educación suficiente y oportunidades de formación disponibles para alcanzar los requisitos del mercado laboral local. En Alemania, el sector político está apoyando este objetivo con un programa de acción inmediata para trabajos y formación que permitir que100.000 jóvenes puedan encontrar un nuevo trabajo, o un centro de formación, u obtener cualificaciones. En Gran Bretaña, el programa de Bienestar para Trabajar ya ha permitido que 95.000 jóvenes encuentren un puesto de trabajo.
-Tenemos que reformar la educación superior y aumentar su calidad, y al mismo tiempo debemos modernizar la educación y los programas de formación para promover la adaptabilidad y el empleo en las épocas posteriores de la vida. El gobierno desempeña un papel particular, proporcionando incentivos para los individuos, para que ahorren y para que puedan enfrentarse a los costes de una vida de aprendizaje, y para ampliar el acceso a través de la promoción del aprendizaje a distancia.
-Debemos asegurar que la formación desempeñe un papel significativo en nuestras políticas laborales de mercado para los desempleados y para las familias sin trabajo.
Una infraestructura pública moderna y eficaz, con una fuerte base científica, es también una característica esencial de una economía regeneradora de trabajo. Es importante asegurar que la composición del gasto público se dirija directamente a las actividades más beneficiosas para el crecimiento y que apoyen los necesarios cambios estructurales.
Los socialdemócratas modernos deben ser defensores de la pequeña y mediana empresa
El desarrollo de pequeñas y medianas empresas prósperas debe ser una prioridad para los socialdemócratas modernos. Aquí descansa el mayor potencial para un nuevo crecimiento y nuevos trabajos en la sociedad del futuro, basada en el conocimiento.
Las personas, en épocas muy distintas de sus vidas, están deseando tener la oportunidad de ser empresarios: tanto los trabajadores por cuenta ajena como los trabajadores por cuenta propia, como abogados, expertos en informática, doctores, artesanos, asesores empresariales, y las personas activas en la cultura y en el deporte. Esos individuos deben tener la posibilidad de desarrollar su iniciativa económica y de crear nuevas ideas en el mundo de los negocios. Hay que animarlos a correr riesgos. Hay que aligerar las tasas impositivas que sufren. No hay que obstaculizar con fronteras sus mercados y sus ambiciones.
-Hay que abrir los mercados de capital de Europa para que empresas y empresarios puedan acceder con facilidad a la financiación. Pretendemos trabajar juntos para asegurar que las crecientes empresas de alta tecnología tengan el mismo acceso a los mercados de capital como sus homólogas estadounidenses.
-Debemos facilitar a los individuos la posibilidad de establecer empresas, y facilitar el crecimiento a las nuevas reduciendo los obstculos administrativos, eximiendo a las pequeñas empresas de las legislaciones onerosas y ampliando el acceso a la financiación. Debemos facilitar a las pequeñas empresas, en particular, que contraten a nuevos empleados: eso significa disminuir el peso de las regulaciones y de los costes laborales no salariales.
-Hay que fortalecer el lazo entre la empresa y la ciencia para asegurar que la investigación sirva para crear más empresas y para facilitar la promoción de "grupos" de nuevas industrias de alta tecnología.
Los socialdemócratas deben hacer gala de unas finanzas públicas sensatas
En el pasado se ha dicho con demasiada frecuencia que los socialdemócratas se dedican a promocionar el empleo y el crecimiento por medio de los préstamos gubernamentales, para financiar mayores gastos gubernamentales. No descartamos los déficits gubernamentales; durante los bajones periódicos es lógico dejar que funcionen los estabilizadores automáticos. Y endeudarse para financiar una mayor inversión gubernamental, cumpliendo a rajatabla la Regla dorada, puede desempeñar un papel fundamental en el reforzamiento del sector de suministros en nuestra economía.
Sin embargo, no se puede utilizar el gasto deficitario para superar debilidades estructurales en la economía que obstaculizan el crecimiento más rápido y la mayor tasa de empleo. Los socialdemócratas no deben tampoco tolerar niveles excesivos de deuda pública. El aumento del endeudamiento constituye una injusta atadura para las generaciones venideras. Podría tener efectos redistributivos indeseables. Además, el dinero gastado en saldar las elevadas deudas públicas no está disponible para gastarse en otras prioridades, como el aumento de la inversión en educación, en formación y en infraestructura de transportes.
Desde el punto de vista de una política izquierdista dirigida a los suministros, es fundamental que los altos niveles de deudas solicitadas por el gobierno aumenten y no disminuyan.

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