jueves, 10 de junio de 2010

Largo Caballero, preso 60090 de los nazis

EL MUNDO
Largo Caballero, preso 60090 de los nazis.
Fue uno de los altos dirigentes republicanos que corrió peor suerte en el exilio: el campo de concentración de Sachsenhausen, cerca de Berlín, hasta el final de la II Guerra mundial. Él mismo relata su calvario en un documento inédito.
“Después de algo más de un kilómetro de marcha tuve que detenerme. La caravana continuó su marcha. Un SS de los que vigilaban se quedó conmigo. Intentó obligarme a marchar a puntapiés y puñetazos. Protesté violentamente. Me dio no sé cuántos culatazos con su fusil. Caí al suelo. Mi verdugo se enervaba cada vez más. Me siguió pegando hasta que se fatigó. Para acabar, intentó persuadirme de que le siguiese a un bosque de pinos que estaba al borde la carretera. Me negué, porque conocía demasiado bien la suerte que me habría estado reservada de haber entrado en el bosque…”
Así relata Largo Caballero –presidente del Gobierno en plena Guerra Civil y, durante muchos años, además, secretario general de la UGT y algunos menos presidente del PSOE– su evacuación del campo de concentración de Sachsenhausen; una huida apresurada ordenada por la Gestapo ante la llegada de las tropas soviéticas. Largo Caballero fue el dirigente republicano de primera fila que peor suerte corrió hasta el final de la II Guerra Mundial. Sin llegar a caer en manos de Franco, fue detenido por los nazis y recluido más tarde en el campo de prisioneros, donde muchos de ellos encontraron la muerte. Escribió, casi simultáneamente, con toda probabilidad, dos testimonios de su cautiverio. Uno, el contenido en su libro escrito en forma epistolar, “Mis recuerdos”, vio la luz en México en 1956. Otro, el Informe que envió al ministro francés de Deportados en 1945, no fue publicado nunca y hoy Julio Aróstegui lo presenta en exclusiva para La Aventura de la Historia.

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