martes, 24 de marzo de 2009

El Debate del Cambio Climático


EL PAÍS

La amenaza antiintelectual estadounidense
JEFFREY SACHS 04/10/2008
En los últimos años, Estados Unidos ha sido más una fuente de inestabilidad mundial que de resolución de problemas en el mundo. Abundan los ejemplos: la guerra de Irak, iniciada por Estados Unidos con falsos argumentos; la obstrucción de los esfuerzos para reducir el cambio climático; la escasa ayuda al desarrollo; la violación de tratados internacionales como los Convenios de Ginebra... Aunque son muchos los factores que contribuyeron a las acciones desestabilizadoras de EE UU, uno de ellos, muy poderoso, es la actitud antiintelectual, simbolizada recientemente en la gran popularidad que obtuvo en un primer momento la candidata republicana a la vicepresidencia, Sarah Palin.
Desde Irak al cambio climático, el desprecio a la razón prima en ciertos republicanos
Es un mal presagio que Sarah Palin cite a Dios cuando habla de guerra
Al decir antiintelectual, me refiero en especial a una perspectiva agresivamente anticientífica, apoyada en el desprecio por quienes defienden la ciencia y la necesidad de pruebas. Pero los retos que afronta una gran potencia como Estados Unidos exigen análisis rigurosos de la información con arreglo a los mejores principios científicos.
El cambio climático, por ejemplo, plantea graves amenazas para el planeta que es preciso valorar de acuerdo con las normas científicas preponderantes y la creciente capacidad de las ciencias del clima. El proceso científico mundial denominado Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (PICC), premiado con un Nobel, ha establecido la pauta del rigor científico en el análisis de las amenazas que representa el cambio climático provocado por el ser humano. Necesitamos políticos con conocimientos científicos y capaces de ejercer un pensamiento crítico basado en las pruebas para transformar esos hallazgos y recomendaciones en estrategias políticas y acuerdos internacionales.
Sin embargo, en Estados Unidos, las actitudes del presidente Bush, los responsables republicanos y, últimamente, Sarah Palin, son todo lo contrario de científicas. La Casa Blanca ha hecho todo lo que ha podido durante ocho años para ocultar el abrumador consenso científico sobre el hecho de que los seres humanos están contribuyendo al cambio climático. Intentó impedir que los científicos del Gobierno hablaran con sinceridad en público. The Wall Street Journal también ha tratado de vender anticiencia y pseudociencia con el fin de oponerse a las políticas diseñadas para luchar contra el cambio climático de origen humano.
Estas actitudes anticientíficas afectaron no sólo a la política del clima, sino también a la política exterior. Estados Unidos emprendió la guerra de Irak basándose en el instinto y las convicciones religiosas de Bush, no en pruebas rigurosas. Ahora Palin también dice que la guerra fue "una tarea ordenada por Dios".
No estamos hablando de personas aisladas, aunque poderosas, que no tienen ni idea de la realidad. Son reflejo del hecho de que una parte importante de la sociedad estadounidense, que hoy vota, en general, a los republicanos, rechaza o simplemente ignora las pruebas científicas básicas relacionadas con el cambio climático, la evolución biológica, la salud humana y otros ámbitos. Estos votantes no suelen renunciar a las ventajas de las tecnologías que les proporciona la ciencia moderna, pero sí rechazan las pruebas y los consejos que ofrecen los científicos en relación con las estrategias políticas.
Los datos de una encuesta reciente llevada a cabo por la Fundación Pew revelan que, mientras que el 58% de los demócratas cree que los seres humanos están causando el calentamiento global, sólo el 28% de los republicanos está de acuerdo. En el mismo sentido, una encuesta realizada en 2005 descubrió que el 59% de los que se reconocían republicanos conservadores rechazaban cualquier teoría de la evolución, mientras que el 67% de los demócratas liberales aceptaban alguna de sus versiones.
Por supuesto, algunos de los que niegan estas cosas son sencillamente ignorantes, víctimas de la mala calidad de la educación científica en Estados Unidos. Pero otros son fundamentalistas bíblicos, que rechazan la ciencia moderna porque consideran que la palabra de la Biblia es una verdad literal. Rechazan las pruebas geológicas del cambio climático porque rechazan la ciencia de la geología como tal.
No se trata de enfrentar religión contra ciencia. Todas las grandes religiones tienen tradición de relaciones fructíferas e incluso apoyo a la investigación científica. La Edad de Oro del islam, hace un milenio, fue la era en la que la ciencia islámica mandaba en el mundo. El papa Juan Pablo II declaró su respaldo a los principios científicos básicos de la evolución, y los obispos católicos son muy partidarios de limitar el cambio climático provocado por el ser humano, a partir de las pruebas científicas.
Varios científicos destacados, incluido uno de los principales biólogos del mundo, E. O. Wilson, han tendido la mano a comunidades religiosas para colaborar en la lucha contra el cambio climático causado por el ser humano y por la conservación biológica, y esas comunidades religiosas han respondido trabajando en armonía con la ciencia.
El problema es el fundamentalismo agresivo que niega la ciencia moderna, la actitud agresivamente antiintelectual que considera que los expertos y los científicos son el enemigo. Ésas son las opiniones que pueden acabar matándonos. Al fin y al cabo, ese tipo de extremismo puede incluso derivar en una guerra, si parte de la opinión distorsionada de que una guerra concreta es deseo de Dios, y no un fracaso de la política y la cooperación. En muchas de sus declaraciones, Palin parece empeñada en invocar a Dios cuando opina sobre la guerra, un mal presagio para el futuro si resulta elegida. Desde luego, daría excusas a muchos enemigos de EE UU, que recurrirían a sus propios fundamentalismos. Los extremistas de ambos signos acaban poniendo en peligro a esa gran mayoría de personas que no es ni extremista ni fundamentalista.
Es difícil saber con certeza lo que está despertando el fundamentalismo en tantas partes del mundo. Lo que ocurre en Estados Unidos, por ejemplo, no ocurre en Europa, pero sí es típico, como es lógico, de algunas zonas de Oriente Próximo y Asia central. El fundamentalismo parece surgir en épocas de cambios trascendentales, cuando las estructuras sociales tradicionales se ven amenazadas. El crecimiento del fundamentalismo estadounidense moderno en la política se remonta a la era de la lucha por los derechos civiles, en los años sesenta, y refleja, al menos en parte, una reacción de muchos blancos contra la fuerza política económica, cada vez mayor, de grupos minoritarios no blancos e inmigrantes en la sociedad norteamericana.
La única esperanza de la humanidad es que se sustituya el círculo vicioso del extremismo por una interpretación mundial común de los enormes retos del cambio climático, las reservas de alimentos, la energía sostenible, la escasez de agua y la pobreza. Los procesos científicos de ámbito mundial como el PICC son fundamentales, porque son nuestra mejor posibilidad de elaborar un consenso basado en las pruebas científicas.
Estados Unidos debe reincorporarse al consenso mundial basado en datos científicos comunes y dejar la actitud antiintelectual. Ésa es la tarea más urgente que tiene hoy la sociedad estadounidense.
Jeffrey Sachs es catedrático de Economía y director del Instituto de la Tierra en la Universidad de Columbia. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia. © Project Syndicate, 2008.

EL PAÍS

REPORTAJE: Las causas del calentamiento
"El hombre, responsable del cambio climático"
Los científicos concluyen el debate sobre el calentamiento y pasan la responsabilidad a los Gobiernos
ALICIA RIVERA (ENVIADA ESPECIAL) - París - 03/02/2007
Los científicos han cerrado el debate: el calentamiento que ha registrado el planeta es "inequívoco", continuará en forma más extrema, y el ser humano es el responsable. Lo afirman con rotundidad los investigadores que han elaborado el nuevo informe de Naciones Unidas sobre cambio climático, un documento que tras el acto de ayer en París han asumido como propio más de 100 países. A partir de ahora la responsabilidad pasa a manos de los políticos. La responsabilidad humana es inequívoca sobre todo en las emisiones ingentes de gases de efecto invernadero asociadas a la industrialización. El cambio climático es imparable, y provocará aumentos de temperaturas en este siglo de entre 1,8 y 4 grados, dependiendo de las medidas que se adopten para combatirlo.
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"El calentamiento es ya evidente a partir de los aumentos de la temperatura media del aire y del océano observados, del derretimiento de hielos y nieves y del aumento del nivel del mar registrado", explican los especialistas. La temperatura de la Tierra subió el siglo pasado 0,76 grados, y subirá en los próximos cien años entre 1,8 y 4 grados, lo que tendrá efectos enormes en la biodiversidad, las lluvias, las sequías, la subida del nivel del mar o la pérdida de los hielos polares. También influirá en los recursos alimenticios y en la sanidad, por citar solo algunos de los impactos.
"El 2 de febrero pasará a la historia como el día en que desaparecieron las dudas acerca de si la actividad humana esta provocando el cambio climático; y cualquiera que, con este informe en la mano, no haga algo al respecto, pasará a la historia como un irresponsable", dijo ayer tajante Achim Steiner, director del Programa de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente, en la presentación en París de las conclusiones del grupo de trabajo dedicado a la física del clima del Cuarto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).
Las 14 páginas del documento hecho público están plagadas de efectos sobre el clima presente y futuro calificados de "muy probables", lo que se traduce, especifican los científicos, en una fiabilidad del 90%. En el informe anterior del IPCC, de 2001, había más incertidumbres, por lo que los especialistas destacaron ayer la solidez del nuevo estudio, la enorme mejora del conocimiento científico del clima terrestre que se tiene ahora y la calidad y cantidad de los análisis efectuados en los últimos años. "Ésta es la evaluación más completa y rigurosa que se ha hecho sobre el cambio climático", dijo Michael Jarraud, director general de la Organización Meteorológica Mundial.
El desequilibrio que ha producido el hombre en el clima ya está hecho y, aunque las emisiones de gases de efecto invernadero se estancasen en el nivel de 2000, lo que es casi imposible, a lo largo de este siglo la temperatura seguiría aumentando 0,1 grados por década debido a las emisiones pasadas. Lo más probable es que en los próximos 20 años el calentamiento sea de 0,4 grados.
Si la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera se dobla respecto al nivel anterior a la industrialización, es probable que el calentamiento sea de entre 2 y 4,5 grados centígrados, "con la mejor estimación en torno a 3 grados", señala el informe. Con este calentamiento, los efectos serían muy negativos en todo el planeta. La UE quiere evitar que se superen los 2 grados de aumento de la temperatura media y para ello habrá que reducir las emisiones entre un 20% y un 30% hacia 2020 y hasta un 80% en la segunda mitad del siglo XXI.
El informe del IPCC integra todo el conocimiento científico actual y no tiene contenido político ni, por tanto, aconseja a los Gobiernos lo que tienen que hacer, recalcó Rajendra Pachauri, presidente del IPCC. Sin embargo, este experto hizo una comparación muy plástica sobre cómo actuar ante el peligro: "Nunca se alcanza la certeza del 100%, pero si uno va a un país donde corre el riesgo de sufrir malaria, toma medidas de precaución para evitarlo, aunque desde luego la probabilidad de coger la enfermedad no es del 100%".
Los autores principales del informe han debatido y aprobado por consenso el documento junto con los representantes de los gobiernos. Ayer Susan Salomon, co-rresponsable, junto con Dahe Quin, de esta primera parte científica del cuarto informe del IPCC, fue desglosando el contenido del documento. "Los cambios en el siglo XXI serán, muy probablemente, más notorios que en el siglo XX", resumió.
El informe presentado ayer es el denominado resumen para responsables políticos y se refiere a la física del clima; aún faltan dos grandes capítulos más que se aprobarán a lo largo del año: uno que estudia los impactos de estos hallazgos científicos y un tercero sobre los efectos socio-económicos y lo que se puede hacer para afrontar el problema. Los tres capítulos juntos integrarán el informe. De su elaboración se han encargado unos 2.500 científicos de 130 países.
También se desplazó ayer a París para la presentación del informe Ivo de Boer, secretario general de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Boer habló a EL PAÍS de los resultados del reciente estudio Stern sobre los impactos económicos del clima: "Creo que sí influirán
[en las futuras discusiones de las medidas para después de 2012] porque el cuarto informe es mucho más preciso desde el punto de vista de los hallazgos científicos que el anterior, con lo que las negociaciones pueden ahora centrarse en las decisiones políticas y ya no en las dudas sobre el cambio climático".
Los ecologistas se mostraron ayer satisfechos con las conclusiones del informe y coincidieron en llamar la atención sobre la necesidad de tomar medidas urgentemente para evitar lo peor del calentamiento: "El IPCC ha hecho sonar la sirena de alarma", afirmaron. Sin embargo, destacaron también que las conclusiones debían haber sido aún más contundentes. Greenpeace insistió en que el rango de calentamiento abarca de 1,1 a 6,4 grados centígrados a finales de siglo. "La buena noticia es que la comprensión del sistema climático y sus impactos ha mejorado inmensamente. La mala es que cuanto más sabemos más precario se muestra el futuro", dijo ayer Stephanie Tunmore, de Greenpeace Internacional. WWF destacó que el informe no es suficientemente claro sobre la subida del nivel del mar, teniendo en cuenta los resultados científicos reales.
El conocimiento actual del clima está concentrado y resumido en las 14 páginas del informe, en el que ningún párrafo carece de datos significativos. Esta es la información esencial que contiene:
- Aumento de los gases de efecto invernadero. La concentración actual de gases de efecto invernadero es de 379 partes por millón (ppm) y aumenta a ritmo acelerado; en la era preindustrial (1650) era de 280 ppm. El aumento del CO2 se debe sobre todo al uso de combustibles fósiles y cambios en el uso de la tierra, y el del metano y del oxido nitroso, a la agricultura. Estos gases refuerzan el sistema invernadero natural de la Tierra, subiendo la temperatura. El nuevo informe indica que el impacto de las variaciones de la radiación solar en el calentamiento es menos de la mitad de lo que se estimó en el informe anterior.
- Calentamiento actual. Once de los últimos 12 años han sido de los más calientes desde 1850. La temperatura ha aumentado entre 1901 y 2005 0,74 grados centígrados (0,6 grados en el informe anterior, hasta 2000). Desde 1961 la temperatura media del océano ha aumentado y el nivel del agua ha subido 3,1 milímetros por año entre 1993 y 2003. Los glaciares han disminuido.
- Cambios observados. "Se han observado numerosos cambios de largo alcance en el clima a escala de los continentes y las cuencas oceánicas", dice el informe. Dichos cambios se aprecian en: los hielos árticos, las precipitaciones, la salinidad del océano y fenómenos extremos como sequías, lluvias torrenciales, olas de calor y mayor intensidad de los ciclones tropicales.
En el Ártico, el aumento de las temperaturas registrado es casi el doble de la media global. Ha aumentado la cantidad de precipitaciones en el norte de Europa, de Asia, y en parte de América, pero han disminuido en el Sahel, el Mediterráneo, el sur de África y el sureste asiático. Ha habido sequías más pronunciadas desde los años setenta en los trópicos y subtrópicos. La mayor frecuencia de lluvias torrenciales también se asocia al calentamiento, así como las temperaturas extremas.
- Ciclones tropicales. El informe indica que ha aumentado la intensidad de los ciclones, pero que no se aprecia una tendencia clara de aumento de su número.
- Antártida. Las condiciones antárticas tienen mucha variabilidad natural, lo que dificulta identificar cambios climáticos inducidos sustanciales. Los científicos predicen que en el futuro el aumento de las precipitaciones (de nieve) en el continente blanco debido al cambio climático global, y los fríos extremos allí evitarán que se produzca una pérdida neta de hielo que contribuya a la subida del nivel del mar, como sucede con Groenlandia. Incluso podría formarse más hielo que ahora.
- Calentamiento futuro. El aumento de temperatura media más probable en 2100 es de entre 1,8 y 4 grados centígrados, dependiendo de cuantos gases de efecto invernadero se emitan y de las opciones tecnológicas y energéticas que se adopten. Teniendo en cuenta los márgenes mínimos y máximos de todos los escenarios analizados, el rango de posible calentamiento se amplía de 1,1 a 6,4 grados. En el informe anterior del IPCC este rango era de entre 1,4 y 5,8 grados. Los resultados presentan aún algunas incertidumbres debido a los complejos efectos de retroalimentación del clima.
- Cambios en el siglo XXI. El calentamiento será mayor en tierra que en el mar. La capa de nieve disminuirá. Los hielos polares se encogerán, sobre todo en el Ártico. Aumentará la frecuencia de las olas de calor y las precipitaciones catastróficas. Probablemente los ciclones tropicales serán más intensos. Aumentarán las precipitaciones en latitudes altas y disminuirán en la mayoría de las regiones subtropicales. El nivel del mar subirá entre 18 y 59 centímetros.

EL PAÍS

Las bases científicas del cambio climático a debate
De la Vega inaugura hoy la cumbre intergubernamental, que reúne en Valencia a 450 expertos de 130 países
FEDERICO SIMÓN - Valencia - 12/11/2007
La 27ª reunión del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) reúne en Valencia desde hoy hasta el sábado 17 a 450 delegados de más de 130 países, que intentarán aprobar las conclusiones del Cuarto Informe de Evaluación (conocido como AR4). Este informe, ya consensuado por tres grupos de trabajo, se refiere tanto a las bases científicas del cambio climático como a los impactos ambientales que este tendrá y a las medidas que habrá que tomar para mitigarlos.
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Entidades cívicas y ecologistas harán un 'apagón' el jueves a las 20.00
La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, inaugurará la reunión hoy en el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe. En la delegación española también asistirán la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, y el presidente de la Generalitat, Francisco Camps. Y a la presentación del Informe de Síntesis, el día 17, se espera la asistencia del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon.
La reunión del IPCC, organismo que obtuvo el pasado 12 de octubre el Premio Nobel de la Paz junto al ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore, ha sido diseñada para aprobar el Informe de Síntesis del AR4, es decir, aprobar de una vez un documento de consenso mundial sobre las bases científicas del cambio climático y dar paso a las acciones políticas.
El AR4 consta de tres partes, cada una elaborada por un grupo de trabajo distinto. La parte I, la de las bases científicas, fue aprobada en París en abril pasado y ratifica de forma inequívoca el progresivo calentamiento de la tierra. Así, en los últimos 100 años la temperatura global ha aumentado en 0,74 grados centígrados. Y para las dos próximas décadas se espera que la tasa sea de 0,2 grados cada diez años.
En una segunda parte, aprobada en Bruselas también en abril, el AR4 aporta evidencia de efectos que ya están afectando a muchos sistemas naturales y mejora las anteriores evaluaciones regionales de impactos realizadas en informes anteriores. Una de las conclusiones es que "el sur de Europa es muy vulnerable". En concreto, en España las nevadas serán menos copiosas y aumentarán las lluvias torrenciales, las olas de calor y la salinidad del mar.
Por último, el grupo de trabajo III aprobó en Bangkok en mayo la parte del documento dedicada a los potenciales de las distintas herramientas existentes para combatir las causas del cambio climático y minimizar sus efectos. Un parte que también presta atención según el Gobierno, a "los aspectos transversales tales como cambio climático y desarrollo sostenible".
La importancia de la reunión radica en que las conclusiones que salgan de Valencia serán la base para fijar los próximos compromisos de los países firmantes del Protocolo de Kioto, aprobado en 1997, a partir de 2012. De hecho, el Informe de Síntesis será presentado en la 13ª Conferencia de las Partes que se celebrará en Bali del 3 al 17 de diciembre.
Como actividades paralelas, Acció pel Clima, que agrupa a decenas de grupos ecologistas, entidades cívicas y sindicatos, con la adhesión de varios partidos políticos, ha programado para el jueves a las 20.00 un apagón que se espera sea secundado por todos los edificios oficiales. Esperan que el apagón que signifique "un toque de atención a los gobernantes de todo el mundo para que pongan los medios y actúen responsablemente sin demora".

1 comentario:

  1. No es tanto el desconocimiento sino que es más el pasar por alto la situación del cambio climatico para poder fortalecerse en otras cosas que tienen que ver más con lo económico y el capitalismo que tanto daño le esta haciendo al mundo.

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