viernes, 20 de marzo de 2009

Socialdemocracia Maya de Alvaro Colom


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Marzo de 2008


Guatemala
Álvaro Colom: ¿un presidente socialdemócrata?
No cabe duda de que algo quiere moverse en Guatemala. Pero hay sospechas fundadas de que dentro del mismo gobierno hay fuerzas oscuras que intentan bloquear estos movimientos. Será necesario más tiempo para saber si el socialdemócrata Álvaro Colom. llegará a encabezar un gobierno socialdemócrata, reivindicando así la herencia histórica de donde procede.
Juan Hernández Pico
El Presidente Álvaro Colom Caballeros comenzó su discurso de toma de posesión el 14 de enero de 2008 con una frase audaz que significaba un compromiso de gobierno: “Le doy gracias a Dios porque le toca a Guatemala, por primera vez en 50 años, un cambio hacia un gobierno socialdemócrata; un gobierno con un enfoque social”. Hablaba de más de 50 años, porque se estaba remontando a los dos gobiernos de la Revolución del 44, bajo las presidencias de Arévalo y Arbenz, este último derrocado en julio de 1954, hace más de 53 años. En su discurso, dijo Colom: “No fuimos testigos de la primavera democrática del 44, pero tenemos todavía los grandes avances sociales de Juan José Arévalo.”
NACE LA SOCIAL DEMOCRACIA

¿Qué significa un gobierno socialdemócrata? Evidentemente, un gobierno que trata de gobernar con los principios y los programas de la Social Democracia. La Social Democracia nació hace más de un siglo, a final del siglo XIX, liderada por Eduard Bernstein, separándose del movimiento comunista y de los partidos procedentes de éste. Nació como un movimiento social y partido político de los trabajadores en Europa -principalmente de los obreros industriales- que pretendían aspirar al poder no a través de una revolución armada sino de elecciones libres. Proponían gobernar no por una dictadura del proletariado sino en una democracia sometida al vaivén de elecciones periódicas; con un programa no de revolución social -no de cambio radical de estructuras-, sino de justicia social a través de reformas en las instituciones, sobre todo a través del salario justo; no sólo con una bandera de solidaridad clasista, sino de solidaridad preferencial obrera abierta a la solidaridad interclasista; relegando para el futuro las alianzas internacionales de la clase obrera y enraizándose en una conciencia firmemente nacional. Los principales partidos políticos social demócratas fueron la Social Democracia alemana, el Laborismo británico, el Socialismo francés, el Partido Socialista Obrero Español y, especialmente, los partidos socialistas escandinavos, que fueron los más exitosos. Todos tienen aún vigencia.La Social Democracia fue poco a poco desligándose de sus raíces marxistas y convirtiéndose en un movimiento político centrado en la reforma social del capitalismo y apoyándose en la fuerza social de sindicatos obreros masivos. Los partidos y movimientos socialdemócratas adoptaron las doctrinas económicas keynesianas y lograron liderar en bastantes países “Estados de bienestar”, que hasta hoy han dejado sus huellas en instituciones con contratos colectivos laborales que aseguran salarios justos y condiciones de permanencia en el trabajo, indemnizaciones en caso de despido, seguridad social, y pensiones suficientes a la hora de la jubilación. En América Latina, Costa Rica es tal vez el país que ha contado con un partido socialdemócrata más eficaz, que hoy ha sido incluso frenado en su declive social por el movimiento sindical que construyó, como se vio en la gran oposición al TLC en 2007. Tanto el Partido Socialista de Chile como el Partido de los Trabajadores en Brasil, el Peronismo en Argentina y el Partido de la Revolución Democrática de México han evolucionado en esa dirección. En cambio, el APRA peruano ha evolucionado hacia el centro derecha.
LA GLOBALIZACIÓN MINA LA SOCIALDEMOCRACIA

El surgimiento de las enormes empresas transnacionales, que han logrado antes que los obreros una aproximación a la utopía del internacionalismo, han impuesto una nueva estructura de la empresa en red, con una consecuente flexibilización del trabajo, que hace mucho más difíciles los contratos colectivos, convierte el trabajo en temporal, busca por todo el mundo los lugares donde los costos salariales sean más bajos, ataca la seguridad social y privatiza las pensiones. No se puede decir que en el Norte haya desaparecido el Estado de Bienestar, pero sí que se encuentra amenazado por la globalización del capital, especialmente del capital financiero, además de por los grandes costos que tiene la inversión social estatal. Pocos partidos socialdemócratas de hoy asumirían la confesión de identidad de Oskar Lafontaine, que abandonó el gobierno socialdemócrata de Gerhard Schröder acusándole de derechización neoliberaly afirmando que “el corazón late a la izquierda”, queriendo decir que el corazón de la socialdemocracia es la lucha por hacer menos ancha la brecha de desigualdad que mantiene la pobreza en el mundo. Si hay alguna diferencia entre la izquierda a favor de la derecha -ha dicho Norberto Bobbio- es la sensibilidad de la izquierda a favor de la igualdad y contra la desigualdad.
“NOS GANAREMOS ESA HERENCIA”

Álvaro Colom pertenece a una familia que dio a luz un gran líder socialdemócrata en Guatemala. Su tío, Manuel Colom Argueta, dos veces alcalde de la capital de Guatemala, asesinado pocas semanas después de que su partido fuera legalmente inscrito durante el gobierno del General Lucas en 1979. Con este tipo de engaños criminales actuaban los gobiernos militares de la década de los 70 en Guatemala. Álvaro Colom ha nombrado para uno de los puestos del gabinete más cruciales, el Ministerio de Finanzas, a un economista técnicamente competente y socialmente sensible, Juan Alberto Fuentes Knight, hijo del que fue Canciller de Guatemala y fundador precisamente del partido socialdemócrata, Alberto Fuentes Mohr, asesinado dos meses antes que Manuel Colom. Álvaro Colom es socialdemócrata por raíces familiares, aunque no quiere él alegar el derecho a una herencia porque -afirma- eso se lo tendrán que ganar -él y su ministro- con sus obras. Habló así: “Sí, vivimos de jóvenes un estartazo de primavera democrática en los años 60 y 70… Qué no diéramos por tener en el Congreso, o posiblemente en este podio, a Alberto Fuentes Mohr o a Manuel Colom Argueta. Murieron por este momento, murieron para regar un campo fértil. Yo sé que Juan Alberto Fuentes, hijo de Alberto, no se siente heredero de su padre, yo tampoco de Manuel. Eso nos lo ganaremos en los próximos cuatro años”.
“EL PRIVILEGIO DE LOS POBRES”

Una cosa son las raíces familiares y las inclinaciones políticas socialdemócratas del nuevo Presidente y otra, distinta, que pueda llegar a gobernar en la práctica con un programa socialdemócrata. Álvaro Colom se comprometió públicamente con un gobierno distinto al gobierno que le precedió, que estuvo marcado por los intereses empresariales. Lo formuló así, con cierta contradicción entre el “todos por igual” y “el privilegio de los pobres”:“Ese cambio empezará con una definitiva prioridad: para el que menos tiene. Manteniendo la unidad nacional, manteniendo a todos los guatemaltecos por igual, pero hoy empieza el privilegio de los pobres, empieza el privilegio de los sin oportunidad. Es un compromiso adquirido en estos últimos nueve años de lucha por el plan de la esperanza. Estoy convencido que dándole al que menos tiene, vamos a tener más todos. Dándole al que menos tiene, nuestro país va a aprovechar mejor su potencial, en la medida en que Rafael (Espada, Vicepresidente) y Álvaro, en que su equipo de gobierno en todas sus decisiones, piensen primero en el que menos tiene y el que más abandonado está”.
“SIENTO LA HISTORIA SOBRE MI ESPALDA”

Durante todo su discurso, Álvaro Colom intentó trazar una perspectiva nueva: ubicar su gobierno a punto de estrenarse dentro de la historia de Guatemala y enlazar así con la Revolución del 44con sus intentos de modernización y de justicia social. “Guatemala -dijo- se merece ese cambio porque Guatemala tiene ese potencial. Hoy es un día de reflexión. Los amigos Presidentes me preguntaban ayer y hoy cómo me sentía; y siento la historia sobre mi espalda: 50 años de tratar, 50 años de intentarlo todo, hasta una guerra perversa y una guerra de la que todavía las heridas están sangrando; 250 mil guatemaltecos quedaron en esa guerra…”Sin embargo, enlazar con la historia tiene, en Guatemala, un potencial divisivo muy fuerte, puede levantar los fantasmas revolucionarios y provocar el miedo y la paralización. Por eso Colom quiere privilegiar a los pobres, pero hacerlo en un clima de conciliación y de tolerancia, en el nuevo clima que pudieron y debieron crear los Acuerdos de Paz, sin llegar aún a lograrlo, anegados como quedaron en la violencia del crimen organizado y de la delincuencia común, en la cultura de la violencia heredada de la guerra. Colom proclama: “La intolerancia, la desigualdad, la discriminación, la ausencia de solidaridad, es lo que pretendemos corregir”.

SOCIALDEMOCRACIA CON ROSTRO MAYA
El discurso inaugural del nuevo presidente concluyó con un énfasis fuerte en el tema de la unidad, también con cierta contradicción entre “la Guatemala de todos” y la Guatemala “con rostro maya”:Dijo Colom: “Gracias a todos y todas, gracias a los que votaron por nosotros, gracias a los que no votaron por nosotros. Mi compromiso es conquistar su corazón, para poder construir una verdadera unidad, una verdadera conciliación, una verdadera Guatemala, esa Guatemala de todos, esa Guatemala con 23 rostros. Y no me voy a cansar de decir que nuestra socialdemocracia guatemalteca es una socialdemocracia con rostro maya. Atrevámonos, atrevámonos a escribir el quinto Evangelio, el Evangelio de la Nueva Guatemala, el Evangelio de la prosperidad, el Evangelio de la unidad.Lo podemos hacer si todos nos unimos, nos quitamos nuestros trajes que nos diferencian unos a otros y empezamos a construir todos juntos esa Guatemala próspera, esa Guatemala unida. Que Dios los bendiga, que regresen a casa. Mil gracias a los que hicieron un gran esfuerzo por venir el día de hoy y que Dios proteja a todos”.


EL MUNDO

LA ESPERANZA DE LA "IZQUIERDA"

Maria Jesus Hernández

MADRID.- Álvaro Colom Caballeros quiere poner punto final a los más de 50 años que la derecha guatemalteca lleva aferrada al poder —ya sea representada por formaciones militares o burguesas adineradas—. Progresista e izquierdista declarado, el candidato de Unión Nacional de la Esperanza (UNE) busca la victoria en unas elecciones marcadas por los cerca de 50 asesinatos de dirigentes, activistas y familiares de políticos perpetrados desde el inicio de la campaña en mayo.
A sus 56 años, este empresario del sector textil se presenta por tercera vez a unos comicios, los segundos como secretario general de UNE, un partido de centroizquierda que se proclama heredero de una ideología socialcristiana gestada durante los llamados 'Diez años de primavera' —un periodo de prosperidad, libertad e igualdad que tuvo lugar en Guatemala de 1944 a 1954—. Sin embargo, a pesar de esta declaración de intenciones algunas voces apuntan a esta formación como otra opción de derechas, eso sí, mucho más moderada.
Nacido en el seno de una familia muy vinculada al mundo de la política, Álvaro Colom cursó sus estudios primarios y el bachillerato en el Liceo de Guatemala, continuando su formación como industrial en la universidad de San Carlos. Aunque sus asignaturas favoritas siempre fueron Física y Matemáticas —de ahí que se decantara por una ingeniería—, llevaba la política en las venas y era cuestión de tiempo que la pusiera en práctica.

Educado dentro de una fuerte tradición católica, Álvaro Colom está casado con Sandra Torres, una empresaria del mundo de la confección con mucho peso en UNE. Entre sus aficiones destaca una gran pasión por explorar y descubrir cada uno de los rincones de su tierra. Este afán le ha llevado a recorrer miles de aldeas.
A lo largo de toda su trayectoria profesional ha compaginado la actividad en el sector privado con los deberes que implicaban sus cargos públicos, mostrando en todo momento una gran solidaridad con el pueblo guatemalteco. Desde su posición como empresario del sector textil ha puesto su granito de arena en numerosas ocasiones: la fundación de cientos de pequeñas empresas en las distintas aldeas afectadas por el terremoto de 1976 es una de las más elogiadas y recordadas por la población.
Candidato de los revolucionarios
Su escalada dentro de la Administración Pública comenzó con la llegada al Gobierno de Jorge Serrano (1991). Primero como viceministro de Economía y más tarde como director ejecutivo del Fondo Nacional para la Paz (FONOPAZ), Álvaro Colom adquirió una gran popularidad debido, entre otras cosas, a su papel clave en la repatriación, asentamiento e integración de los miles de refugiados que permanecían en México como consecuencia de la guerra.
Tras firmar la paz, los revolucionarios dieron el salto a la política con Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) y pasaron a formar parte de Alianza Nueva Nación (ANN). Colom fue elegido candidato de esta coalición de izquierdas y concurrió a las elecciones del 99, consiguiendo el tercer lugar tras Alfonso Portillo y Oscar Berger.
Tras una serie de desavenencias, a finales del año 2000 rompió con la antigua guerrilla, moderó un poco su ideología y creó Unión Nacional de la Esperanza (UNE), partido con el que pasó a la segunda vuelta en las elecciones de 2003, donde Oscar Berger obtuvo la victoria.
Goza de la simpatía de EEUU, tiene un talante conciliador, es cercano con el pueblo y rechaza todo tipo de violencia. Éstas han sido algunas de sus mejores armas a lo largo de toda la campaña, aunque su falta de respuestas y planes concretos a problemas tan reales como los continuos asesinatos o la corrupción que asola Guatemala pueden ponerle la victoria en bandeja a Otto Pérez, su rival más directo.
Mujeres, indígenas —en 1994 fue miembro del consejo directivo del Fondo Nacional Indígena—, juventud y Medio Ambiente son algunos de los temas centrales de una campaña en la que Álvaro Colom ha intentado identificar la palabra esperanza y el color verde con su partido. Los casi seis millones de electores llamados a las urnas decidirán si el eslogan 'Tu esperanza es mi compromiso' ha dado resultado.

EL MUNDO

NUEVO PRESIDENTE
Guatemala recibe a Álvaro Colom, 'el presidente de los pobres'
El nuevo presidente de Guatemala se identifica con Bachelet, Lula y Zapatero
Promete "acciones contundentes" contra las poderosas mafias del narcotráfico

GUATEMALA.- Guatemala se despide de la derecha conservadora que ha gobernado el país durante los últimos 20 años y da la bienvenida a la socialdemocracia con la investidura presidencial de Álvaro Colom.
El nuevo presidente de Guatemala agradeció a Dios y al pueblo guatemalteco el "milagro político" que ha permitido un cambio hacia la socialdemocracia. El cambio, declaró, permitirá iniciar un Gobierno con "responsabilidad económica" y encaminado a la "reducción de la pobreza", y añadió que "la justicia es el alma de un pueblo".
Con voz entrecortada, al pronunciar su primer discurso como presidente, Colom dio gracias a Dios "por permitir que Guatemala llegue a una nueva etapa de cambio y transformación".
Colom juró fidelidad a la Constitución guatemalteca tras haber sido investido nuevo presidente del país centroamericano hasta enero de 2012. Este ingeniero industrial de 57 años, líder y fundador del socialdemócrata partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), es el séptimo civil en llegar al poder por medio del voto popular desde 1986, cuando concluyó la sucesión de dictaduras militares que gobernaron Guatemala desde 1954, y el primero en denominarse "presidente de los pobres".

Eduardo Meyer, presidente del Congreso unicameral y correligionario de Colom, fue el encargado de imponerle la Banda, Collar y Botón presidencial al nuevo gobernante, en un acto especial celebrado en el Teatro Nacional 'Miguel Ángel Asturias'.
La entonación de un son precolombino, interpretado por dos músicos indígenas con el tum y la chirimilla, ancestrales instrumentos mayas, sirvieron de fondo al momento en que Meyer imponía las insignias presidenciales a Colom, quien estuvo acompañado de su esposa, Sandra Torres.
A la investidura asistieron los presidentes de México, Brasil, Ecuador, Venezuela, Colombia, Taiwán, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá y el Príncipe Felipe de Borbón, representantando a España.
Colom sucedió en la Jefatura del Estado al conservador Óscar Berger, tras ganar la elección presidencial en segunda vuelta el pasado 4 de noviembre, en la que se impuso al general retirado Otto Pérez Molina, del derechista Partido Patriota.
Zapatero, Bachelet y Lula, sus modelos
Pese a haber ganado en 20 de los 22 departamentos del país en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales el pasado 4 de noviembre con un amplio respaldo de las poblaciones rurales, donde se concentra la mayor cantidad de pobres, Colom reconoce que la sociedad guatemalteca "es conservadora y de derechas" y que "no será fácil" convencerla de las bondades de la socialdemocracia.
Sólo el 15% de los guatemaltecos se declararan de "izquierda", según un sondeo publicado recientemente por la prensa local.
Los cambios que necesita el país, ha dicho Colom, los impulsará poco a poco y con mano de seda, para "no provocar malentendidos" que puedan abrir frentes innecesarios contra su administración.
La socialdemocracia que desarrollará, dice, será un modelo propio y novedoso, que en poco o en nada se parecerá a las izquierdas de Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia o Daniel Ortega en Nicaragua.
Se identificará más, asegura, con las de Michelle Bachelet, de Chile, Luiz Inacio Lula Da Silva, de Brasil, y José Luis Rodríguez Zapatero, de España, a los que considera "progresistas, modernos y democráticos", y cuyos logros, principalmente en materia económica y social, pretende tomar de ejemplo para Guatemala.

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